¿Cómo se gestó su fichaje por el CD Zamarat?
He estado en otras ocasiones en las quinielas de haber podido entrenar a Zamora y siempre ha sido un club con el que he tenido buen trato. Este año no parecía que se moverían las cosas. Pero a través de mi agente me llegó que estaban valorándolo y a principio de esta semana se decidieron. Zamora puso la oferta en firme sobre la mesa, me explicaron el proyecto y ha sido una decisión difícil porque supone dejar tu casa, porque yo había vuelto a Cáceres que es donde estoy afincado. Pero en lo deportivo valoras todo. Es una oportunidad importante, un proyecto ambicioso, con voluntad de volver por la vía rápida a Liga Femenina y me parecía una oportunidad que no debía dejar pasar.
¿El objetivo es el ascenso?
Hay que ser ambicioso y si hay medios para hacerlo, hay que intentar afrontar la situación con naturalidad pero con ambición. Queremos que el club, que ha estado diez años seguidos en Liga Femenina, regrese a la élite. Recuperar el sitio, aunque cada año es más difícil estar en el máximo nivel porque vienen muchos clubes potentes apretando. Zamora puede hacer un buen año y regresar a esa máxima categoría. Me gusta esa forma de pensar del club y valoro esas ganas y esa ambición. Estoy ante una situación similar a la de Logroño, cuando descendió; ese verano me llamaron y fue la misma idea poniendo sobre la mesa todos los medios posibles.
El siguiente paso será reconstruir la plantilla al completo, ¿cómo lo ve?
Son mercados diferentes. Puedes pretender tener jugadoras del año pasado, pero lo normal es que la jugadora de Liga Femenina quiere estar ahí. Pero haremos un proyecto atractivo y seguro que podremos tener nombres de jugadoras de Liga Femenina. Habrá que buscar un equilibrio y hacer ver que será un proyecto potente para regresar a Liga Femenina, pero también para construir el futuro; es decir, no solo conseguir un ascenso sino creando unos cimientos y bases con jugadoras nacionales que quieran crecer con el club y mejorar. Esa sería la mejor de las maneras de lograr el objetivo.
¿Ha hablado con los ex entrenadores del CD Zamarat para conocer la idiosincrasia del club?
Conozco a muchos y tengo buena relación con ellos. Cuando yo empezaba, Fran García entrenaba en Cáceres por ejemplo. También conozco a Luca. Y recientemente con Ángel Fernández también tuve trato. Seguro que charlaré con ellos. Pero Zamora representa más, es un histórico, lo he visto crecer casi siempre desde mis primeras etapas en Cáceres con Juan de Mena y era siempre un club amigo que ha ido creciendo y ha llegado a la máxima categoría. Esa ambición de Juan de Mena, de un juego muy vistoso. Zamarat siempre ha sido un club amigo, de verlo con buenos ojos e iré conociendo la idiosincrasia del club, la gente que lo rodea y tratar de integrarme y ayudar.
¿Viene con cuerpo técnico?
No. En ese sentido está verde la cosa. Estoy recién aterrizado y tendré que escuchar. En futuras conversaciones me empezarán a plantear esa serie de detalles, contarme quién estaba el año pasado, con quién cuentan… De inicio no vengo con nadie. Si me piden opinión o ayuda y hay que buscar, claro que ayudaré. Pero tanto en ese tema como en el de las jugadoras nos estamos empezando a poner a trabajar en ello, pero no hay mucho avanzando.
¿Cómo será la Liga Femenina 2?
Hay un poco de incertidumbre. La liga debe ser de 16 equipos con un grupo único, algo similar a la LEB Oro, con un ascenso para el campeón y con un play off del segundo al noveno. Eso es lo que el CD Zamarat quiere, y casi todos los clubes que han conseguido el derecho deportivo a competir en ella quieren. Pero se está valorando el hacer dos grupos. No sé los intereses que existen al respecto. Esas son las dos opciones, el dar un paso a una Liga Femenina 2 Pro o seguir con la LF2 de siempre. La pelota está en el tejado de la Federación y de la asamblea. Mi opinión es que el formato de liga PRO sería más atractivo y realmente se haría un segundo escalón en el baloncesto femenino muy potente.
¿Qué forma de jugar te gusta desarrollar en tus equipos?
Soy de la opinión de que los entrenadores tenemos que adaptarnos a la plantilla que tengamos, no creo que tenga unas características como entrenador como para decir que vamos a jugar de una manera u otra. El objetivo es conseguir que el equipo gane. Si conseguimos, además, que sea de forma vistosa, mejor. Estoy orgulloso del ascenso en Logroño, por ejemplo, con una gran plantilla que hizo un gran baloncesto y jugó muy bien. No soy yo el que lo diga, pero daba gusto ver jugar a ese equipo. Me gustaría conseguir eso, que nos divirtamos, que juguemos bien y que ganemos. Y que si hay que jugar menos vistoso y ganar también nos vale, porque lo que queremos es que el equipo ascienda.
¿Crees que el CD Zamarat te ha elegido por ser un ‘hombre ascenso’ al haber conseguido tres veces el salto de categoría?
Antes del primer ascenso también hubo ‘fracasos’. En Cáceres, jugamos antes dos finales que no ganamos y fue a la tercera en la que conseguimos el primer ascenso. Luego vino un segundo ascenso con Cáceres y otro con Logroño. En este camino sí que he cogido como entrenador una experiencia y un bagaje lo suficientemente amplio como para saber cómo crees que se deben hacer las cosas para conseguir un ascenso, que el equipo vaya creciendo, llegue bien a esas fases finales, gestionar esas plantillas que tienen que competir sabiendo que son plantillas favoritas... Imagino que al final que es algo que he ido haciendo bien y la verdad que soy afortunado ante el hecho de que un club quiera ascender y acuda a mí; igual por eso, por haberlo conseguido ya.
¿Cuál es el secreto de ese éxito?
No tengo ninguna varita mágica, eso es el trabajo desde el primer día y tener las ideas claras. Intentar que todo el mundo vaya en la misma línea y tener esa pizca de que se conjugue todo para que salga bien. Ojalá podamos hablar de otro ascenso y por eso estoy en Zamora. De momento paciencia y a trabajar poco a poco.