Se sobrepasaba la hora de partido en el amistoso entre el Zamora CF y la Ponferradina en el Ruta de la Plata cuando se produjo una de las anécdotas que quedarán para el recuerdo de los aficionados durante mucho tiempo. El trío arbitral abandonaba el partido y se colocaban, para hacer de jueces, el preparador de porteros del Zamora, José Ignacio González, y los jugadores Perrini y Baselga. En un primer momento, muchos aficionados no sabían qué estaba pasando y fue posteriormente cuándo se conocieron los motivos del abandono del trío arbitral zamorano.
Zamora24horas ha profundizado en esta anécdota para conocer la intrahistoria. El problema surge cuando Luque cae lesionado a falta de veinticinco minutos para el final del encuentro y el Zamora ya no tiene cambios. El banquillo del Zamora pregunta a la Ponferradina si le interesa jugar el amistoso contra diez jugadores o si prefiere que Movilla introduzca de nuevo a Carlos Ramos, que ya había jugado en la primera mitad y había sido sustituido. La Ponferradina, tal y como reconoció Bolo en sala de prensa, prefería jugar contra once, por una cuestión de preparación y por una cuestión de valores deportivos, ya que así ayudaba al Zamora a prevenir, en la medida de lo posible, alguna nueva lesión por la acumulación de fatiga que supone para un equipo jugar con un hombre menos en pretemporada ante un rival de superior categoría.
La posición de los dos técnicos ya es conocida, ya que ambos ofrecieron las explicaciones en la rueda de prensa posterior al partido. Bolo, técnico de la Ponferradina, confirmó que su equipo estaba de acuerdo con el Zamora por esos motivos ya esgrimidos anteriormente; mientras que Movilla apelaba al “sentido común” para que el árbitro hubiera permitido la situación. Ambos reconocieron que las normas no permiten ese tipo de situaciones, por eso apelaron al ya mencionado “sentido común”.
Según ha podido saber zamora24horas, antes del choque los dos equipos y los árbitros hablaron sobre este tipo de situaciones. El trío arbitral, encabezado por Carlos Pérez, árbitro zamorano de Primera RFEF, accedió a que hubiera cambios ilimitados, al tratarse de un amistoso. En esa conversación previa al duelo, ya se planteó la situación que se dio a la postre. Los dos equipos pidieron al árbitro que jugadores ya sustituidos pudieran volver a entrar en caso de necesidad. Se trata de una situación que también se da en amistosos veraniegos donde hay cambios ilimitados y jugadores que pueden entrar y salir al campo, en diferentes intervalos. En el caso del Zamora – Ponferradina, los equipos no pidieron disponer de esta posibilidad de forma rutinaria, sino en el caso de que se diera una situación extrema, que fue lo que sucedió finalmente.
El colegiado dejó claro al inicio que no lo iba a permitir, pese a la insistencia de los dos equipos en la previa. El final, ya se conoce. La situación planteada en los prolegómenos se produjo, con el Zamora habiendo usado todos sus cambios y sufriendo una lesión que le obligaba a quedarse con diez jugadores. Los colegiados advirtieron primero a los capitanes sobre el césped que Carlos Ramos no podía entrar. Posteriormente, le explicaron lo mismo, con el partido parado, a los delegados y a los entrenadores. Y tras comprobar que Carlos Ramos iba a jugar, el trío arbitral decidió abandonar el encuentro. El colegiado reflejó los hechos en el acta, y ambos equipos se mostraron de acuerdo con esa redacción, dado que ambos firmaron ese acta al final del choque, pese a terminar los últimos 25 minutos con unos árbitros ‘improvisados’.
En definitiva, una anécdota que saltó a los medios nacionales y que reflejó dos posturas enfrentadas y entendidas por ambas partes, pero no compartidas: el árbitro aplicando el reglamento y los equipos aplicando, según expusieron en sala de prensa, el “sentido común”.