Sábado 17 de diciembre. Estadio Ciudad Deportiva Fernández-García. Apenas un centenar de espectadores en las gradas. Última jornada de la primera vuelta. El Villaralbo, colista. Temperatura: 11 grados pero con una sensación térmica mucho más gélida. No funciona ni el marcador. En el banquillo rival, un viejo conocido: Diego Rojas, ex entrenador del CD Villaralbo  Minuto 11: Jorge Mateos se retira por un golpe en el tobillo. Entra Magui. 

Minuto 16: a Guille se le queda clavada la rodilla y tiene que ser sustituido por Álvaro de la Iglesia. Minuto 38: Magui se resbala en el área pequeña y escucha un crujido: rotura del peroné. Es evacuado en ambulancia tras media hora de espera. Minuto 45: tras deshacerse de dos jugadores, Dani Mateos la enchufa por toda la escuadra para poner el 1-0. La alegría de la tarde. Tiempo de asueto. Comienza la segunda parte. El Villaralbo aguanta el marcador. Todo hace indicar que los azulones van a poder brindar una victoria a su afición tras cuatro derrotas consecutivas. Minuto 80, el equipo sigue resistiendo. Minuto 86’, empata el Almazán. 

Sí, al Villaralbo le crecen los enanos. Encuentro raro el vivido este sábado en la Ciudad Deportiva Fernández-García. El infortunio se cebó con los de Jesús Benito, quien vio cómo a los 38 minutos de juego se quedaba sin cambios. Una tesitura que hacía presagiar una nueva derrota pero que los jugadores supieron revertir. Lejos de amedrentarse, los azulones tomaron las riendas del encuentro ante un Almazán que apenas logró llegar a la meta defendida por David. 

Los sorianos de Rojas tan solo supieron crear peligro a balón parado y con alguna jugada ensayada pero fueron los villaralbinos quienes más intimidaron la portería rival incluso ya con el 1-0 en el marcador. Lo cierto es que era de justicia que el Villaralbo se llevara el partido y así poder llegar al parón navideño con algo más de esperanza de cara a la salvación durante la segunda vuelta. Sin embargo, los de Jesús Benito pecaron de ingenuidad y, tras un fallo defensivo, Antonio de Pablo no perdonaba y ponía las tablas en el marcador. Al final, reparto de puntos. La parte positiva: el Villaralbo vuelva a sumar. El lado negativo: no del modo que hubiera deseado. Así las cosas, los azulones finalizan la primera vuelta del campeonato con 11 puntos en el casillero, 15 goles a favor y 64 en contra. Unos números que le hacen seguir ocupando el farolillo rojo de la clasificación postulándose como un serio candidato al descenso. 

 

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