Los responsables del Grupo Vivir que se han hecho con las riendas del club presentaron unos números impecables este domingo en la asamblea ordinaria del Zamora. Tal y como pidieron hace meses, su intención era que la afición solo hablase de fútbol, ganando o perdiendo, y que lo extradeportivo no fuera motivo de debate como lleva ocurriendo en la entidad desde hace más de un lustro. Y de momento parece que lo están consiguiendo.
Una de las razones es que el Grupo Vivir ya ha afrontado el pago de la deuda que poseía el Zamora de manera acreditada. Así, ha cubierto los más de 350.000 euros que existían de deudas a trabajadores y proveedores. “A día de hoy cualquier proveedor de servicios, cualquier entidad que tenía deuda y estuviera acreditada ha sido satisfecho”, comentaba Alfredo Ruiz Plaza, que también desvelaba que han cumplido el compromiso de no forzar quitas en las negociaciones.
Eso sí, también reconocía que hay 30.000 euros pendientes de supuesta deuda. Y es que afirmaba que los acreedores no han podido mostrar claridad administrativa para certificar la realidad de esa deuda. “Al igual que nosotros estamos auditando nuestras cuentas para que todo sea transparente, pedimos que nuestros socios también lo sean para saber si realmente se deben esas cantidades que se piden pero que no están debidamente acreditadas”, exponía, a la vez que recordaba que la todavía junta directiva tenía avalada con su patrimonio personal una línea de crédito.
En cuanto al presupuesto, los dirigentes presentaron un presupuesto de 745.000 euros para esta temporada. Un presupuesto que se divide en los 394.000 euros de gastos entre la primera plantilla y el cuerpo técnico, los 82.000 euros derivados de la competición del primer equipo, los 90.000 euros destinados a la escuela de fútbol, 120.000 euros a empleados y 58.000 euros a mantenimiento de instalaciones. Una partida de gastos que se equiparaba con la de ingresos, donde por ejemplo los 2.350 socios han supuesto una cantidad que ronda los 100.000 euros.
En definitiva, que el Grupo Vivir sí cumple fuera del campo, que es la parcela que sí manejan directamente y sobre la que existe un control exhaustivo. Se habla solo de fútbol, que es lo que se pretendía en un primer momento. Ahora solo queda que se acierte con el nuevo entrenador para que el balón entre y las opiniones en lo deportivo también sean favorables.