La Gravel Ibereólica Tierra de Campos 2025 puso el broche de oro a tres días mágicos de ciclismo. La tercera edición de la cita ciclista se cerró con la tercera y última etapa, que reveló los nombres de los ganadores. Tiago Ferreira y Morgan Aguirre se consagraron como campeones de la Campos360, la modalidad estelar del evento. Un portugués y una norteamericana que se impusieron con autoridad.
Todas las citas dejan algún que otro recuerdo imborrable. Hubo sufrimiento, calambres que amenazaron con frenar el esfuerzo, pero también momentos de compañerismo, de felicitar al rival y empujar a quienes lo daban todo, entregados en cuerpo y alma a la bicicleta.
Y es que, entre los 500 ciclistas de 24 nacionalidades diferentes, hay un nombre que ha dejado su impronta: Alberto Muñoz (4:14:33 de tiempo global) se subió al podio en las tres etapas y se alzó como ganador de la modalidad Campos150. El joven ciclista, de 25 años, tiene un vínculo especial con Tierra de Campos. A tan solo 20 kilómetros de Villalpando, una de las sedes del evento, se encuentra Bolaños de Campos, el municipio de sus dos progenitores y que tanto ha recorrido a lo largo de su infancia. Hace no mucho, era habitual ver al vallisoletano entrenar por los campos y carreteras de Tierra de Campos. Unos años después, se ha alzado entre la multitud.
Hasta allí se trasladó el viernes. La vena competitiva siempre ha estado presente en un joven que creció sobre una bicicleta. La contrarreloj salió a pedir de boca, con un buen tiempo (00:32:03), pero el destino quiso hacer su gesta aún más épica. En la segunda etapa, el ciclista de Bolaños sufrió una avería en la cadena que le obligó a detenerse. No fue un impedimento: Muñoz cruzó la meta con los puños en alto, tras adelantar a sus rivales en una remontada memorable.
Las tierras que le vieron crecer, por donde tantas veces ha entrenado en solitario, fueron testigos de su regreso al trono. Rodeado de su gente, de su familia que ha vivido los sinsabores del ciclismo, Alberto se coronó en una cita con sabor especial. Tierra de Campos y Bolaños de Campos, unidos por un ciclista al que muchos vieron pasar cuando era solo un niño ilusionado, y que hoy se ha convertido en un hombre feliz pedaleando sobre las dos ruedas.
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