El 3 de septiembre de 2017 un disparo del talentoso extremo zamorano se colaba en la portería de Guillermo García en la Nueva Balastera. Aquella diana suponía el 1-1 ante el Cristo Atlético, neutralizaba el gol de Kaká, y era la primera piedra de la remontada lograda en la capital palentina. Era el segundo tanto en liga de un Javi Rodríguez que estaba recién llegado a casa, con la ilusión de ayudar al equipo de toda su vida para alcanzar el ambicioso reto de la fase de ascenso. En la jornada inaugural, el zamorano abría el marcador en la goleada 4-0 al Becerril, y ese domingo 3 de septiembre también hacía el primero de un duelo que acabó con 1-3 para los de Miguel Losada.
Todo apuntaba a una temporada repleta de ilusión con Javi Rodríguez y Dani Hernández como principales buques insignia de un proyecto renovado que aspiraba a acabar entre los elegidos. Pero la temporada se torció muy pronto para Javi Rodríguez. Era la séptima jornada. El Zamora vencía por 2-1 al todopoderoso Salmantino en el Ruta de la Plata. Era la primera derrota de los charros en liga y le costaba el puesto a su técnico. Aquella tarde Javi Rodríguez cuajó un duelo soberbio y en el minuto 80 Miguel Losada lo mandaba al banquillo para darle aire y que Mario Sopale sumara minutos.
Tras ese duelo comenzó el calvario. Javi Rodríguez ya no pudo estar en la octava jornada, en El Montecillo. Vio la derrota de su equipo por 2-0 desde la grada. Una pubalgia le impedía practicar su fútbol, ese fútbol que le permitió formar parte de la cantera del Racing de Santander, cuando el Racing sumaba temporadas de gloria. La zurda se apagó. El cambio de ritmo, los giros imposibles, el pase filtrado al espacio y el potente disparo. Todo se fue de un plumazo por un dolor agudo que dejó a los zamoranos sin disfrutar de su magia. Se avecinaban meses duros.
Primero tratamientos conservadores para intentar recuperarse y ayudar al equipo en la parte trascendental del campeonato. El corazón pedía jugar, pero las piernas frenaban el ímpetu. Por eso, a finales del mes de abril, cuando el Zamora se quedó sin opciones de fase de ascenso, Javi Rodríguez decidía dar el paso y pasar por el quirófano en Valladolid. A partir de ahí, muchos dolores al principio y una recuperación de cinco meses. Pese a estar lesionado, César Villafañe y Carlos Tornadijo lo tuvieron claro. Fue uno de los primeros en renovar, junto a Carlos Ramos y Dani Hernández. Una tripleta de zamoranos que derrochaba talento y que debían ser el eje sobre el que pivotara el ambicioso proyecto del club en su nueva etapa.
Tras muchas sesiones en solitario y varias jornadas con el grupo, a finales del mes de septiembre, precisamente entre el duelo del Almazán y el Santa Marta de Tormes, el extremo recibía el alta médica. Desde ese momento, la luz al final del túnel empezaba a vislumbrarse. Todavía quedaba camino para ver al mejor Javi Rodríguez, pero el extremo zurdo comenzó a sumar algunos minutos. “Cada vez que salgo al campo, sea mucho o poco, trato de aportar mi granito de arena. Es complicado dejar atrás la lesión que he tenido. Hay veces que se hace cuesta arriba. Tengo molestias pero toca vivir con ellas. Por eso, cada vez que entro al campo lo que quiero es ayudar a mi equipo y a todos mis compañeros en lo que necesiten”, comenta a zamora24horas.
Una lesión muscular volvió a truncar su progresión y volvió a apartarle más de un mes de la dinámica del equipo. Cuatro titularidades, un partido completo, siete encuentros más como suplente… En total poco más de 350 minutos en lo que va de temporada para un jugador que, en condiciones físicas óptimas, es diferencial en la categoría.
El pasado domingo ante el Almazán le llegó de nuevo la oportunidad. Después de varias jornadas sin sumar minutos, David Movilla le daba veinte minutos en el tramo final. Un tiempo que Javi Rodríguez aprovechó para hacer su juego entre líneas y sumar una diana en el minuto 79. “Creo que ya tocaba. No lograba marcar desde la segunda jornada de la temporada pasada. Han sido meses muy duros, una travesía muy larga. Parecía que nunca iba a llegar la vuelta al equipo. Parecía que no iba a llegar tampoco la vuelta al gol. Fue una alegría tremenda”, reconoce el extremo zurdo.
Habían pasado sesenta partidos ligueros desde su último gol un 3 de septiembre de 2017 y por fin notaba de nuevo la sensación de que un disparo de sus botas se viese frenado por la red. No lo celebró. Pareció resoplar, quitándose un peso de encima. Un peso que notó enseguida de todos sus compañeros, que corrieron a abrazarlo sabiendo que era un gol importante. También el banquillo se levantó en pleno y la grada rindió una bonita ovación. Era el primer gol de Javi Rodríguez después de un año y medio de calvario. Era el gol de la perseverancia. “Quiero agradecer el apoyo que sentí el domingo. Noté el cariño de la afición y de todos mis compañeros. Han sido meses muy duros para mí y estas muestras de cariño ayudan a coger más confianza si cabe”, zanja Javi Rodríguez.
No obstante, la lucha continúa y tanto Javi Rodríguez como el propio Zamora esperan que la mejor versión de la zurda de oro llegue en el tramo decisivo del campeonato.