No fue una semana positiva para la familia del Zamora. Más allá de resultados, el club perdía en los últimos días a dos personas muy vinculadas a él. Por un lado, el jueves por la noche fallecía el padre del delegado y gerente del club, Gabino Bobo; y por otro lado, el viernes perdía la vida en accidente de tráfico Paco Villar, el padre del que fuera jugador y capitán de la entidad rojiblanca, Agustín Villar.
Ambas pérdidas han sido tremendamente dolorosas para el entorno del club y por eso desde la entidad quisieron que los jugadores portasen este domingo brazaletes negros y se guardará un emotivo minuto de silencio antes de empezar el choque. Además, los dos capitanes del equipo, Dani Hernández y Carlos Ramos, entregaban un ramo de flores a Gabino Bobo antes de iniciar la contienda.
Ya durante el encuentro, la hinchada volvió a ver con cierta tranquilidad el duelo. Pese a la incertidumbre del resultado y a la falta de gol que en algunos casos llegó a desesperar, la sensación era que el Zamora tenía la victoria amarrada, pese al susto final. Todo en una tarde agradable de temperatura en pleno mes de diciembre y en donde la afluencia bajó sensiblemente con respecto a otros domingos, quizás por la celebración del puente festivo.