Llegó la primera para el Zamarat. Ante el maratón de partidos que se avecina, empezar con un dos en el casillero alivia la presión inicial y constituye una pequeña ventaja para afrontar lo que viene: cinco partidos más de aquí al 1 de noviembre. El triunfo llegó ante un campeón que ha mudado su piel. El Rivas Ecópolis ya no es aquel rival poderoso. Su descenso al plano terrenal permitió que las naranjas, irregulares en muchos tramos del partido, lograsen imponer su rotación y sus centímetros. También su acierto.

Juan de Mena, quizá con la vista puesta también en el apretado calendario, dosificó a sus jugadoras, agilizó las rotaciones y movió sus piezas. Nueve. Demasiado para Rivas Ecópolis y para José Ignacio Hernández, resignado a tener juniors como alternativas. Tan solo Mieloszynska estuvo más de treinta minutos sobre la pista en el bando naranja. Ninguna, a excepción de Nuria Mateos, que tuvo un premio de veinte segundos al final, disputó menos de quince.

Ese ejercicio de pluralidad se vio reflejado también en los lanzamientos a canasta. Todas probaron suerte, al menos, en tres ocasiones. Solo Marina Delgado, con once, superó los diez tiros. En contraste, se hallan los 23 intentos de Ángela Salvadores, que asumió más de un tercio de las acometidas ofensivas de las madrileñas. Erró en 17 de esas ocasiones, en parte por el agobio al que se vio sometida. Manzanares y Mieloszynska se fajaron en defensa para parar a la estrella rival, que acabó desfondada en el último cuarto. Sin aire.

Anoche, quedó claro que una de las principales fortalezas del Zamarat será su capacidad para repartir los esfuerzos y las responsabilidades, sin la necesidad, más allá de los galones que puedan asumir Pirsic o Mieloszynska en un momento dado, de basar su juego en una sola jugadora. La debilidad estuvo en los desajustes defensivos puntuales y en la falta de constancia. El equipo de Juan de Mena se dispersó en exceso durante varias fases. Y eso lo puede pagar cuando el contrincante plantee un duelo más exigente.

Por lo pronto, el siguiente encuentro quizá ponga a prueba la capacidad del Zamarat para elevar su nivel de continuidad. Las naranjas juegan el sábado en la pista de Gernika, un recién ascendido que tiene menos nombre que Rivas, pero que cuenta con mimbres para competir con más posibilidades. Una vieja conocida de la afición zamorana constituye el principal peligro. Bernice Mosby ha empezado la Liga con 20 puntos y 11 rebotes ante UPV; 28 de valoración. El equipo vizcaíno es el líder y es el nuevo reto de un equipo, el de Juan de Mena, que ya piensa en recuperarse para la siguiente batalla.

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