Le costó mucho entrar en el partido al GCE Villaralbo ante un Bupolsa Burgos que trató de sorprender de inicio. Dos acciones a balón parado de los burgaleses metieron el miedo en el cuerpo a la parroquia eléctrica que volvía a ver a su equipo después de casi un mes sin disfrutar del fútbol en la Ciudad Deportiva Fernández García. Pero tras esos sustos iniciales, el conjunto de Diego Rojas cogió la manija y comenzó a mandar.
La presencia de Javi Ballesteros arriba resultó clave para ayudar a que el equipo se quitara la presión. Además, el delantero de Montamarta tuvo dos acciones muy claras en sendos remates, pero no encontró el camino del gol. Los minutos pasaban y el GCE Villaralbo estaba cada vez más cómodo. Pese a que las ocasiones no eran especialmente numerosas, la sensación era clara, y es que el conjunto eléctrico estaba controlando el ritmo del partido. Con ese empate a cero, pero con las buenas sensaciones, se llegaba al tiempo de descanso.
Tras el asueto salió la mejor versión del conjunto azulón. Los de Diego Rojas monopolizaron la posesión, buscaron el gol a base de depuradas triangulaciones, de aperturas a los costados y de buenos centros que casi siempre se topaban con el arquero. Varias fueron las acciones claras que tuvo el GCE pero que no acabó de rematar. La primera de Villa, que en un centro de falta vio como el cancerbero sacaba debajo de los palos para mandar al larguero. Poco después era Javi Ballesteros el que remontaba la línea de fondo y en su disparo se encontraba de nuevo con el arquero y posteriormente con el larguero. Además, el portero volvía a erigirse en protagonista cuando Conde buscaba el gol en un lanzamiento desde el corazón del área que se iba al palo largo y se encontraba con la acción superlativa del arquero.
Fueron veinte minutos perfectos del GCE Villaralbo a los que le faltaron únicamente el gol. El último cuarto de hora siguió siendo de dominio local aunque las ocasiones fueron más escasas. El motivo fue claro, y es que el Bupolsa Burgos tiró de experiencia y veteranía, y al ver que el gol del Villaralbo estaba cerca, empezó a parar el partido para firmar las tablas. Unas tablas que llegaron con el pitido del colegiado que supuso el reparto de puntos que no valen para que el GCE Villaralbo vuelva a engancharse a la cuarta posición.
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