El Ruta de la Plata presentó la entrada más floja de la temporada. En sábado y a las ocho y media de la tarde apenas fueron 1.100 los espectadores que acudieron al municipal zamorano a ver el choque contra el Santa Marta.
La afición local empezó con el susto en el cuerpo en forma del gol visitante. Pese a ello, la diana de Dani Hernández de falta directo hizo que muchos espectadores se levantasen del asiento para aplaudir y ovacionar la gran diana del capitán. Para entonces, la afición ya empezaba a encresparse con las decisiones arbitrales, al considerar permisivo su criterio a la hora de ahorrarse amarillas en las constantes faltas de los visitantes. Incluso la hinchada pidió un penalti sobre Valentín que pareció claro desde varios sectores del campo.
En la segunda parte se mezcló la rabia de las constantes pérdidas de tiempo del rival con la preocupación de ver que no llegaba el tanto de la victoria de un Zamora muy atrancado en los últimos metros.
Y cuando todo parecía perdido, la hinchada más fiel que decidió quedarse hasta el final vio como Coque regalaba a la grada el triunfo con una diana en el último segundo. Un gol que el lateral dedicaba a su hija, nacida hace apenas dos semanas.