Tras lo sucedido este domingo en el torneo de fútbol sala de niños disputado en Corrales del Vino, el entrenador del equipo de Corrales ha compartido una reflexión, en sus redes sociales, sobre los hechos acontecidos durante el último partido del torneo.
Esta es la reflexión publicada integramente:
"Después de dos semanas de torneo, de muchísimo esfuerzo porque todo estuviese como debía de estar, que todos los equipos se sientan importantes, que cada niño aprendiese el respeto, el compañerismo, la competencia sana, que incluso que los padres y aficionados de otros pueblos se encontrasen como en casa, pues llega un día como el de ayer, una fiesta de clausura, un día en que a todos los niños se les premia por el esfuerzo y te queda un sabor asi... raro.
Por parte de la organización del 2º torneo de FUTSAL Tierra del Vino, externa al Ayuntamiento, desde el primer día de torneo y hasta el último creemos haber cuidado de cada niño como si fueran nuestros propios hijos, y asi recordando me viene a la cabeza cuando nos preocupamos por el terrible balonazo que sufrió un portero en su rostro, cuando nos preocupamos por un codazo sufrido en el rostro por otro niño, cuando nos preocupamos por hacerle entender a un niños que hizo una fea entrada a destiempo que eso no era lo que debería de hacer, cuando nos preocupamos de cuando el resultado de un partido es muy abultado pues que deje de aparecer en el luminoso, cuando nos preocupamos por un duro golpe sufrido por otro niño en la espalda e incluso me viene a la cabeza una niña en el torneo del año pasado que se le giro la rodilla y que desde entonces ha tenido problemillas con esa rodilla (y lo cuento tal que así porque en este año trascurrido nos hemos preocupado por la niña), e incluso cuando anoche nos fuimos a preocupar por un niño que había sufrido una pequeña agresión de otro compañero y que además fuimos a reprochar.
En fin cosas, todas ellas, que evidentemente no controlas en el momento en que empieza a rodar la pelota y que la propia autoestima de cada niño y los valores que tenga cada cual se pone en funcionamiento. Por lo tanto, en todas las situaciones y con todos los niños se ha actuado por igual, entre otras cosas, porque es nuestro deber velar por el buen funcionamiento del torneo.
Claro en todo esto, que aparentemente puede parecernos normal, nos falta un factor importante en la película que es la presencia de los padres en el torneo. Asi como a algunos no hay más que agradecerles el esfuerzo que día sí y día no, en esta época estival, han realizado por traer a sus hijos al torneo, por apoyarlos, por animarlos y no nos cabe duda alguna e incluso por consolarlos en algunos casos.
Otros digamos que con sus actitudes no ayudan demasiado ni al crecimiento de sus hijos en lo personal, ni en lo deportivo y además hacen muy difícil que eventos como el que hemos tenido estas dos últimas semanas, salgan perfectos.
En fin, esto tampoco lo podemos controlar, pero si les podemos pedir a esos padres que intenten entender este tipo de torneos como lo que son, una posibilidad para niños de distintas poblaciones de conocerse, de integrarse socialmente, de hacer amistades y porque no de competir, pero eso si dentro de unos límites.
Para despedirme, quiero agradecer tanto al Ayuntamiento, como a la Diputación de Zamora, como a Caja Rural, como a todos aquellos que en estos días nos han ayudados a que esto fuese posible (Koke, Rodri, Sheila, Luis, Carbajal, Bea y Cristian, y que a pesar del fin de fiesta de anoche, animarles a que esto siga adelante y que nada ni nadie nos haga pensar en que no lo hemos hecho bien.
Gracias también a los niños y padres "normales" que han llenado el pabellón estas dos semanas y que anoche hicieron que hubiese un ambiente precioso. Por ellos, queda menos para el Ser torneo de FUTSAL Tierra del Vino".
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