Ni los porteos ni ningún punto del circuito permitieron que nadie se escapara y todas las embarcaciones continuaron agrupadas, manteniendo siempre una amplia distancia respecto a sus perseguidores.
Merchán y Alonso se mostraron fuertes durante buena parte del recorrido, marcando el ritmo del grupo en algunos momentos y mostrando siempre su aspiración a la lucha por las medallas.
En el porteo de la última vuelta, la pareja sudafricana logró una pequeña ventaja sobre las dos embarcaciones españolas, que no lograron recortar esos escasos metros antes de la meta. En el igualadísimo sprint, Emilio Merchán e Iván Alonso se vaciaron para tratar de superar a sus compatriotas, pero, finalmente, la plata fue para Bouzán y Fernández Fiuza.