Hace unos días, Emilio Merchán abría su correo electrónico. Mensajes y mensajes hasta que, de repente, se topa con uno del Comité Olímpico Español. El remitente, el presidente de esta institución: Alejandro Blanco. Algo grande se vislumbra y cuando lo abrió y lo leyó, la condecoración era tal que, obviamente, la vista atrás fue inevitable recordando todas las vivencias con el kayak como protagonista.
Una carta emotiva, que no se esperaba y que le hizo volver a pensar en todo su periplo desde sus inicios hasta su retirada: “Ahora pienso en todo lo que he hecho. Echo la vista atrás y pienso en toda la gente que ha vivido esto conmigo, todas las alegrías, buenos momentos y también los años de malos resultados, de sufrir mucho… Pero ahora parece que todo mereció la pena”, resalta sobre una distinción que todavía no tiene fecha para recogerla.
Una trayectoria internacional que comenzaba en República Checa en el Mundial Júnior, allá por 1993, y que terminaba antes de la pandemia, dejando atrás medallas en Mundiales, Campeonatos de Europa y Campeonatos de España. Esta es la carta de su distinción:
“Querido amigo, Emilio:
Es para mí un placer comunicarte que el Comité Ejecutivo del Comité Olímpico Español, en su sesión IX-23 del pasado 28 de noviembre, acordó, por unanimidad, concederte el Laurel Olímpico del Comité Olímpico Español, en reconocimiento a tu brillante carrera deportiva en piragüismo.
Recibe mi más cordial felicitación por la concesión de este merecido galardón, cuya entrega se efectuará en acto relevante del Comité Olímpico Español, para el que recibirás la oportuna invitación.
Reiterándote mi enhorabuena, recibe un cordial saludo,
Alejandro Blanco”.
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