Eso trae consigo una triple buena noticia: por un lado, la recuperación del aval que fue depositado por tres personas y que podrán volver a disponer de ese dinero que es personal y no del club. Por otro lado, la casi certeza de que el año que viene la Real Federación Española de Fútbol podría dejar de exigir aval al Zamora, tras las últimas temporadas sin denuncias (aunque en ese sentido no hay nada claro). Y por último, la sensación real que transmite el club a los futbolistas de que el Zamora es un club pagador, pese a las limitaciones económicas que posee y que obligan a ofrecer sueldos ciertamente bajos con respecto a otras entidades.
Por lo tanto, y al margen de que la deuda pueda verse rebajada en mayor o menor medida (algo que se conocerá a ciencia cierta en la asamblea que convoque la junta directiva) el capítulo deportivo parece salvado. Una situación que podría ayudar a que jugadores indecisos se decanten por la opción de quedarse en el Zamora o de recalar en el club rojiblanco para la próxima temporada.
Ahora, y a la espera de que ese capítulo pueda cerrarse en próximas fechas, la directiva tendrá que seguir hablando con los proveedores y plantear un nuevo plan de pagos. Y es que ahora se avecinan dos meses en los que el club deja de recibir ingresos.
Tan solo la Tómbola Solidaria, que sigue en marcha y ahora algo más atractiva por el canje gratuito de las papeletas premiadas con entradas, y la opción de poder avanzar la campaña de socios o campañas publicitarias, podrían otorgar un poco de liquidez al club en estos meses de impás en cuanto a obtención de recursos se refiere.
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