Una vez que el colegiado del partido señalaba el final del duelo entre el Zamora CF y el Bilbao Athletic, el Ruta de la Plata estalló en una sonora pitada para mostrar su rechazo a la actuación arbitral. Los hinchas le demandaban principalmente los dos posibles penaltis en el tramo final del partido, uno por manos y otro por una patada, que no se señalaron. Además, tampoco gustó que no dejase sacar el último córner para el Zamora, después de las pérdidas de tiempo reiteradas por el filial del Athletic de Bilbao en el descuento.
Dentro del campo se juntaban el cansancio, la rabia y también el cabreo por esa actuación arbitral que en el tramo final del duelo perjudicó al Zamora. Pero mientras la mayoría de jugadores se lamentaban, el joven delantero Diego Hernández se iba hacia el colegiado para mostrarle su malestar.
El ariete, que había cuajado una buena participación en el poco tiempo que estuvo en el campo, se encaró con el árbitro y recibió una amarilla. Pese a que Carlos Ramos intentó apartarle, las protestas siguieron, y apenas tres segundos después de la primera amarilla recibía la segunda tarjeta y la consiguiente expulsión.
Una vez publicada el acta, se puede leer de puño del árbitro que las amarillas fueron por el siguiente motivo: “Una vez finalizado el encuentro, estando en el terreno de juego, por realizar observaciones en señal de disconformidad con una decisión mía”. En el caso de las dos amarillas, la redacción fue exacta. De esta forma, las protestas de Diego Hernández quedaron ahí y no fueron acompañadas de insultos.
En este aspecto, dentro de lo negativo que supone perder a un jugador para el próximo duelo por unas protestas, al no reflejar en el acta ningún insulto el colegiado y tratarse de una expulsión por doble amarilla, se presupone que el Juez de Competición castigue con un único encuentro al estilete del Zamora, que gozó de tres ocasiones del gol durante el tiempo en el que se mantuvo sobre el césped dejando una buena impresión entre la hinchada.