Los rojiblancos cuajaron la primera parte más discreta de la temporada ejerciendo de locales. Los zamoranos no fueron capaces de encontrar su identidad ante un rival que sin mostrarse especialmente talentoso sí que puso un punto mayor de intensidad que le valió para llevar el peso del primer acto. Los cebrereños se imponían en los balones divididos, llegaban antes a las segundas jugadas y ejercían una presión en la salida de balón del Zamora que ahogaba la creatividad de las huestes de Losada.
Ante esa imposibilidad de jugar por dentro, los rojiblancos se vieron obligados a abusar de desplazamientos largos a la espalda de la defensa visitante, aprovechando la velocidad de los delanteros. Pero tampoco los balones frontales dañaban una férrea defensa abulense. En los últimos diez minutos de la primera mitad, los dos equipos tuvieron la opción de adelantarse. Por parte del Zamora, Cabral mandaba al larguero un disparo desde la frontal y Revi cabeceaba fuera un centro lateral de Esteban Griñón, cuando la afición celebraba la diana; mientras que en el último instante, Piru falló un mano a mano ante Miguel, lanzando fuera el intento de vaselina.
Con este empate a cero se iniciaba la segunda mitad. El descanso sentó bien a un Zamora que salió en tropel en el segundo acto. Los rojiblancos dieron un paso adelante y la Cebrereña se parapetó atrás. El conjunto visitante, sabedor de sus carencias, decidió colocar la línea defensiva muy atrás e ir arañando minuto a minuto varios segundos al cronómetro. El empate le valía y no dudó en demostrarlo en cada acción dividida.
El Zamora era mejor, llegaba arriba con mucha más fluidez y tuvo dos ocasione clamorosas de gol. Sopale y Raly Cabral gozaban de sendos mano a mano con el arquero y ambos disparos se marcharon al limbo. El primero por una buena intervención del guardameta y el segundo al disparar Cabral por encima del larguero. Los pupilos de Losada avasallaban al rival y lo parapetaban atrás. Una situación que la Cebrereña contuvo tirando de oficio, alargando cada saque de puerta y de banda, y dilatando cada estancia en el césped tras un encontronazo. Todo con la connivencia de un colegiado que en cuanto el partido se volvió tenso, perdió la referencia.
Los minutos pasaban, el Zamora se iba desconectando lentamente y la Cebrereña seguía con su plan descarado que le salía bien en el tramo final. Una pérdida de balón de Pistu jugando de último defensa la aprovechó Terleira para robar. En el mano a mano con Miguel decidió asistir para ceder la gloria del gol a un compañero y llevarse un duelo que en sus estertores pudo volver a igualarse. Pero otra vez el arquero visitante repelió un latigazo de Raly Cabral desde la frontal del área para mantener el botín y obligar al Zamora a sacar puntos en las tres próximas jornadas ante Unionistas, Segoviana y Atlético Astorga.
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