El líder del Grupo B la División de Honor Plata visitaba el pabellón municipal Ángel Nieto de Zamora con el objetivo de mantener su condición en una pista siempre exigente, máxime con la vuelta de público al recinto zamorano tras un mes en el que la Consejería de Sanidad de la Junta de Castilla y León impidió la presencia de afición en las gradas. Esa novedad de público en los graderíos alentó al Balonmano Zamora Rutas del Vino de inicio, que realizó una salida estelar, defendiendo muy duro y encontrando una brecha enorme en la desconcertada retaguardia cántabra. Esa buena salida se tradujo en un parcial de 4-0 de salida que desesperaba a Alejandro Mozas en el banco.
Pero tras cuatro minutos, cambiaron las tornas y se inició otro encuentro. Es como si Bathco Torrelavega hubiera decidido dar una ventaja de cuatro goles a su rival para empezar a jugar desde el minuto 4. Ahí sí se reflejó en la pista el potencial, el nivel de plantillas y la diferencia clasificatoria. El torrente atacante de la escuadra de Mozas se traducía en dianas fáciles ante una defensa local que empezó a perder intensidad. Además, en la portería naranja, Araujo ponía el candado, dejando el casillero del Balonmano Zamora en siete goles durante más de diez minutos.
Un gol de penalti de Jaime González permitía al Rutas del Vino firmar su octavo tanto al filo del descanso para poner el 8-14 al asueto. Para entonces, la escuadra zamorana, además de no poder llegar al nivel exigido por Torrelavega, ya se perdía en protestas a los árbitros, que desesperaron al bando local. Bathco Torrelavega estaba cuajando un encuentro muy serio, con una enorme solidez defensiva, apoyado en grandes intervenciones de Araujo en la meta, y con una aportación coral en el ataque, aunque Mozas pedía más a su equipo.
El paso por vestuarios no cambió mucho el decorado. Es cierto que el Rutas del Vino trató de reaccionar, colocándose 12-17 y con ataque para reducir la desventaja a cuatro dianas (min.35), pero BM Torrelavega no se inmutó, siguió compitiendo y jugando sin dudar, muy centrado, aprovechando más las situaciones al pivote con Jaime Gallego, y alternando ese juego con una rápida circulación de balón a los extremos. Además, la escuadra de Mozas sacó mucho más rédito que en la primera parte a las superioridades y a la desesperación de un Balonmano Zamora que afrontó el tramo final del duelo demasiado alocado, perdiendo en algunos instantes la compostura de juego y alejándose del plan de partido.
Con 16-23 en el marcador, a falta de 11 minutos para el final, el técnico del plantel zamorano Ricardo Margareto solicitaba tiempo muerto para tratar de regresar al plan establecido y tener la última opción de engancharse al choque. Pero no hubo opciones. El ataque zamorano estaba completamente anulado, con una presencia testimonial desde el pivote gracias a la defensa dura y cerrada de la escuadra cántabra. Ya sólo quedaba saber hasta dónde se iría la brecha en el marcador, con un Balonmano Torrelavega que en ataque lucía arsenal y que apenas sumaba fallos en los lanzamientos, plasmando sobre el parqué del Ángel Nieto una amplia versatilidad.
En esos diez minutos finales, Alejandro Mozas impidió a los suyos bajar el nivel y Bathco Torrelavega siguió lanzado a agrandar todavía más la diferencia. El BM Zamora se había rendido y en los últimos diez minutos recibió otro duro parcial para acabar perdiendo por un 19-30 que dejaba patente la diferencia entre ambos planteles. Una diferencia que también se notaba en la aportación individual. Así, mientras en el Balonmano Zamora solo cinco jugadores se repartieron los tantos, en Torrelavega, el trabajo de equipo permitió que hasta diez jugadores se fueran a casa con alguna diana. Mención especial merece el joven Jaime Gallego, que regresaba al Ángel Nieto para medirse a su ex equipo y se iba con cinco dianas y haciendo un trabajo descomunal desde el frente del pivote.
De esta forma, la victoria de Bathco Torrelavega permitirá a los cántabros retener el liderato una semana más, y a los zamoranos les obliga a seguir navegando en las posiciones de fase de descenso.