Emilio Cañedo. Es un grandísimo entrenador y un buen tipo. En este gremio, siento que es de los tipos de los que merece la pena. Nos hemos encontrado un extraordinario Avilés que hemos tratado de minimizar. Hasta el 73 no han tenido la primera ocasión de gol y esto habla muy bien del Zamora y el nivel de conexión que ha tenido el equipo.
Ambiente que roza el lleno en el Ruta. No puedo dejar de valorar el partido sin hablar sobre el excepcional ambiente que hemos tenido. Ha habido la conexión equipo-grada una vez más. Muy agradecido por todo lo que nos ha dado esta gente. Queríamos servir un gran partido, de esos que gustan en el Ruta y la gente se ha ido orgullosa, se ha sentido identificada y hemos visto ilusión en los niños, en los padres y agradecer este ambiente. Estoy convencido que vamos a vivir más tardes así. Agradecer también al equipo, porque necesitábamos conectar con nuestra vocación. El equipo ha entendido perfectamente con qué corazón y con qué alma teníamos que jugar este partido.
Jugar más allá de lo futbolístico. Era un día importante. Toda la semana llevo escuchando ese sentir pesimista. Mi contestación siempre ha sido la misma: seguiremos haciéndola hasta que nos volteemos. Hay que persistir, hay que creer, hay que tener fe, optimismo, ilusión, confianza y realismo también. Estos momentos de ilusión que hemos vivimos en Copa y que hemos vivido hoy alegran a la ciudad y a la provincia. Tiene mucha más trascendencia que cualquier resultado. Me siento muy agradecido a los chicos porque hoy hemos jugado para nuestra gente. Más allá de los tres puntos, hemos buscado que sintieran esos valores que tratamos de representar. Lo hemos hecho, por momentos buen fútbol y un nivel de conexión que nos ha hecho minimizar a un extraordinario equipo. Jugadores espectaculares y que hasta los últimos 15-20 minutos no nos han creado nada. Y eso es mérito del Zamora.
Posible presión por el ambiente. Yo no lo percibo así. Hoy no hemos creado más por el buen hacer del rival. Enfrente había un señor equipo. No he sentido que al equipo le pesara la responsabilidad. He sentido que el equipo estaba conectado, confiado, convencido y decidido. Hemos sido como un martillo: machacar, insistir, hasta que ha llegado el gol.
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