Fue un rival duro, muy duro, pero en casa del CB Zamora el baloncesto hace su magia. Las gélidas temperaturas que sacudieron a la ciudad no se trasladaron al pabellón. Parece que es una máxima, pero no. La actitud es primordial en esta Primera FEB. Dicen que no se negocia y así es en filas blanquiazules. Actitud, empuje, garra y mucho baloncesto. El CB Zamora tiene su sexta victoria y lo hizo frente a un Donostia Gipuzkoa duro y aguerrido. Pauksté con 19 puntos y Powell con 16 acabaron como máximos anotadores. 84-75, suma y sigue.
La canasta inaugural estuvo a cargo del Guipuzkoa. El frío pareció contagiar al CB Zamora en los primeros compases, marcados por imprecisiones y fallos en ataque. Nikic estuvo imperial con una canasta, aunque fue una pena que no lograra sumar el tiro libre adicional. Arsorregi fue un tormento para los zamoranos, pero más aún lo fue Aranitovic, quien dirigió el juego vasco con gran maestría. Sin embargo, el guion cambió pronto con la entrada en pista de Powell —cómo no—, junto a Pauksté y Toni Naspler. El termómetro subió, y comenzó el espectáculo de los blanquiazules, que remontaron el marcador gracias a sus veloces contraataques. Omar Lo protagonizó un espectacular tapón que consolidó la ventaja en un primer cuarto lleno de altibajos (22-19).
El partido estaba en ebullición, especialmente tras varias decisiones arbitrales controvertidas que indignaron al banquillo del CB Zamora, como una falta señalada a Powell o unos pasos no pitados a Nicolau. Jordan Walker, con su característico desparpajo, arrancó una risa nerviosa después de encestar sobre la bocina. Es un auténtico jugón el estadounidense, y aporta mucho a este CB Zamora gracias a sus múltiples virtudes (34-31). Con Jacob Round y Buckingham en pista, los blanquiazules se convirtieron en un muro defensivo, cerrando las vías del juego interior del Guipuzkoa.
Dos malas acciones condenaron a los locales y equilibraron las tornas (37-37). Los visitantes aprovecharon para sumar de tres, mientras que Pauksté anotó desde el tiro libre. Por su parte, Aranitovic falló en los últimos 8 segundos del partido. Con el marcador igualado (41-41), todo quedó por decidir en la segunda parte.
La moneda, en el aire
La polémica estaba servida tras el descanso. La actuación arbitral volvió a estar en entredicho, y a esto se sumó la desconexión y el desacierto del equipo local, lo que permitió la escapada vasca (45-49). La estrategia no dio los resultados esperados. Bocar mantuvo a Pauksté bien vigilado en la pintura. La batalla estaba en su punto álgido. Jordan Walker logró mantener a raya a Díaz, mientras que Zaid Hearts encendió el motor del equipo con dos rápidas transiciones que devolvieron la ventaja al CB Zamora (55-53).
La reacción de los blanquiazules fue inmejorable, con Walker y Hearts liderando el juego con determinación. Sin embargo, una falta señalada a Hearts desató la indignación de un pabellón que, cada vez más molesto, expresó su enfado con los colegiados. La tensión fue creciendo hasta que, al final del tercer cuarto, el pabellón se convirtió en una auténtica caldera, exigiendo una valoración justa del partido por parte de los árbitros (60-59).
El asalto final iba a ser de infarto. La figura de Jordan Walker es enorme, dos triples marca de la casa del estadounidense que sacó pecho para decir aquí estoy. En los momentos de máxima tensión, Walker fue dueño y señor del partido. Todas las acciones iban a ser decisivas. Powell tomó el relevo de Walker. El CB Zamora debe presumir de dos bases de enorme calidad en Primera FEB. La sexta victoria estaba cerca. 76-66 con dos minutos por disputarse. El Gipuzkoa no acertó y Pauksté se encargó de sellar una victoria muy trabajada (84-75)
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