El Trapagarán visitaba este sábado el pabellón Ángel Nieto de Zamora para enfrentarse al Rutas del Vino. Un choque importante para los intereses de unos zamoranos que necesitaban vencer al colista para sumar el máximo número de puntos de cara a la segunda fase del campeonato, donde competirán contra ellos para salvar la categoría.
El duelo comenzó con poco ritmo, sin que ninguno de los dos conjuntos quisiese mostrar sus cartas antes de tiempo y conceder lo que se pudiera traducir en una mínima ventaja en el marcador. La defensa del Balonmano Zamora comenzó mejor que la línea defensiva de los vascos, dejando pocos centímetros y presionando a los rivales. Con esas virtudes llegaron los dos primeros goles, un 2-0 a los tres minutos gracias a los tantos de Jaime y Aravena. Sin embargo, la respuesta no tardó en llegar.
Tres minutos después el luminoso ya señalaba el empate a dos, con un juego muy duro por parte de las dos defensas y que subió de tono el choque. Así, al cuarto de hora el Rutas del Vino llegó con una corta ventaja de 7-5 que dejaba clara la tónica del partido. Un ritmo que no varió en exceso, aunque dejó ciertos tramos más ofensivos que sí terminó aprovechando el cuadro de Margareto, que consiguió irse al descanso con un resultado favorable de 15-11 que daba alas a los pistachos.
Todo ello comandados por un Sarasola que hizo daños en la zona central del área rival, sacando de quicio a unos defensores que no daban con la tecla para frenar tanto sus propios disparos como sus apoyos con los compañeros.
El segundo tiempo dejó claro que el Balonmano Zamora dominaba sobre el parqué. Guille anotó el primero a los 18 segundos del pitido arbitral, obligando al Trapagarán a reaccionar para acortar una desventaja que ya era de cinco tantos. No obstante, los zamoranos siguieron dominando, castigando especialmente al contragolpe a un Unai Sarraga que poco podía hacer para defender su portería. En busca de cambiar esta dinámica el técnico vizcaíno dio entrada a Gaizka Llantada para tratar de frenar el vendaval de la casa, pero no tuvo su recompensa.
El paso del cronómetro corrió a favor de un Rutas del Vino que a los 19 minutos de la segunda mitad ya se encontraba con un contundente 27-19, ventaja en la que destacaba Joaquín Aravena con sus cuatro goles, seguido de los tres de Cubillas, Jaime, Sarasola y Samudio, demostrando el juego coral del equipo.
Tal era la contundencia ofensiva que el míster visitante pidió tiempo muerto para cambiar la situación, pero no encontró la fórmula deseada. Si bien el Trapagarán obtuvo posesiones más duraderas, el Balonmano Zamora estuvo contundente en defensa y no permitió que los ataques rivales fructificasen.
A partir de ese momento el duelo fue más estático, favoreciendo a un Rutas del Vino que no tenía prisas y sabía que el tiempo era su mejor aliado para conservar la ventaja que atesoraban. Y es que el marcador llegó a los cinco minutos finales con un 29-20 que dejaba pocas dudas sobre quién tenía más opciones de llevarse el triunfo. La tendencia no cambió y los zamoranos se terminaron llevando el duelo con un marcador de 31-22.
Tienes que iniciar sesión para ver los comentarios