El Zamora CF visita este domingo a las cuatro de la tarde a la Cebrereña y lo hace concienciado de que afrontará uno de los encuentros más incómodos del curso. Las condiciones del campo de El Mancho, de reducidas dimensiones y en donde prevalece el juego directo, las segundas jugadas y el balón parado, hacen que sea uno de esos recintos del Grupo VIII de la Tercera División donde los equipos llamados a pelear por cotas altas se dejen puntos vitales en la lucha por sus objetivos.
Retrocediendo solo a la temporada pasada, de los seis equipos que acabaron peleando hasta el final por ocupar las cuatro posiciones de privilegio, solo dos consiguieron sacar los tres puntos de Cebreros, y fueron el Cristo Atlético y Unionistas. Ambos acabaron jugando fase de ascenso. Mientras, los dos equipos que quedaron finalmente fuera, perdieron puntos allí: el Astorga al perder su encuentro y el Tordesillas al firmar las tablas. Los otros dos conjuntos que se colaron en la fase de ascenso, Arandina y Salmantino, empataron sin goles.
Por todo ello, la conjura dentro del vestuario es total para no confiarse y afrontar con la máxima intensidad un duelo clave, teniendo en cuenta la igualdad tremenda existente en el grupo. La victoria de la Arandina el jueves en el aplazado contra la Segoviana, ha puesto a ribereños y zamoranos compartiendo liderato con 40 puntos, mientras que la Segoviana, con 39 puntos, es tercera. Es decir, igualdad total en la zona alta.
David Movilla recupera a los lesionados Murci, Sergio García y Juanan. Sin duda buenas noticias en un plantel que en las últimas horas seguía afianzando sus lazos de equipo con una dinámica de grupo que consistió en compartir comida en las instalaciones del Ruta de la Plata.