Uno de los mejores equipos de la Segunda División del fútbol sala español visitaba este miércoles el pabellón de La Rosaleda. El encuentro que debía haberse disputado en enero enfrentaba a un Atlético Benavente que busca acercarse al play-off con un Peñíscola candidato al ascenso.
Los locales sacaron a relucir su habitual presión para ahogar la salida de balón rival y hacer daño, teniendo el manejo del partido durante diversas fases aunque alejados del gol necesario para abrir la lata y dar tranquilidad. El cuadro de Chema Sánchez apretó y tuvo diversas acciones que pudieron decantar el marcador, pero la suerte se resistió en la primera parte.
Al cuarto de hora la afición se veía cantando el 1-0 gracias a Dilin, momento en el que el cierre recibía un balón largo frente al área rival y lograba dejar sentado a un guardameta que, pese a todo, no tuvo que lamentar un gol en contra debido a que el control se marchó demasiado largo. Las ganas de verse por delante llevaron a Chema a apostar por la figura del portero jugador a falta de dos minutos, aunque no cambió demasiado las cosas y el 0-0 se mantuvo al descanso.
La grada no dejó de apoyar a su equipo, si bien el Peñíscola tardó muy poco en adelantarse nada más arrancar el segundo tiempo. En el 21’, Mati Starna sacó en largo con el brazo para Lucas Francini, quien esperaba en la frontal y supo aprovechar una mala salida de Marcos Vara para quedarse delante de la portería y anotar el 0-1 a los cuarenta segundos.
El Atlético Benavente trató de reponerse y Preciado tuvo a los cinco minutos una gran ocasión para poner el empate, pero Starna sacó un buen pie para salvar el disparo. Ocasión desperdiciada a la que respondieron los visitantes con el 0-2 de Iván Rumbo. El ala finalizó una jugada que empezó en un robo de Cols, llegó a Francini quien mandó un pase a la frontal para que el propio Rumbo batiese a Marcos con un disparo seco. La superioridad del Peñíscola quedó patente en el segundo tiempo y a punto estuvieron de lograr el tercero de no ser por un Charlie que sacó el balón en la línea en el minuto nueve.
No obstante, cuando la diferencia en la pista parecía más clara, Jesús Preciado recortó distancias en el minuto 31. El burgalés encaró la portería en una jugada rápida del equipo, pero la defensa logró robar el esférico aunque un error entre dos rivales terminó metiendo el balón en el fondo de la portería al rebotar en las piernas de ambos. El 1-2 llegaba al marcador y daba alas a un Atlético Benavente que seguía creyendo en sacar puntos.
Pero la alegría duró poco. Dos minutos tardó Rumbo en firmar su doblete y devolver la diferencia de dos goles. Un contraataque dejó al futbolista solo y con la portería vacía para reestablecer la ventaja. Sin embargo, el Atlético Benavente se levantó de la lona cual boxeador y por medio de Brian atestaba el 2-3 en el 34’ en una falta ensayada.
Los minutos finales dejaban todo por decidir. Con los dos equipos con cuatro faltas, los ataques se repartieron por igual en busca de uno u otro propósito dependiendo del color de la camiseta. Unos buscando el empate y el posterior gol de la remontada y los otros el de la tranquilidad.
Malaguti se erigió como líder en ataque y tuvo una buena ocasión en sus botas y propició una rápida salida en una falta que estuvo cerca de sorprender al portero rival. Pero ninguna terminó en gol.
Ante la falta de gol Chema Sánchez apostó de nuevo por el portero jugador a través de Pablo Ibarra. En la primera oportunidad Ibarra tuvo el empate en sus botas, teniendo que intervenir un defensor para sacar el balón casi sobre la línea cuando la grada cantaba el tanto.
Charlie apareció cuando el crono mostraba solo 57 segundos para acabar el partido. El atacante apareció en el segundo palo en un pase vertical para colocar el 3-3. Un empate que repartió puntos entre dos equipos que vieron como el partido cambió por completo en el último minuto.