Atlético Benavente y Leis Pontevedra alcanzaban la final de conferencia por el ascenso a Segunda División del fútbol sala nacional por caminos distintos. Los benaventanos tras pasar exentos las semifinales ante la no inscripción de O Esteo en el formato exprés de play off, y los pontevedreses tras ganar en la prórroga a Albense en un choque intenso y muy igualado que solo pudo decidirse en el tiempo suplementario. Ante eso, la duda en el ambiente estribaba en saber qué equipo llegaría mejor a la contienda decisiva, si el que llegaba fresco sin haber jugado o el que venía con rodaje de competición.
La duda quedó resuelta en apenas un minuto. El conjunto benaventano salió mucho más enchufado, intenso y con las revoluciones al máximo. Eso se tradujo en el 1-0 en la primera jugada de ataque del Atlético Benavente. Balón filtrado para Charlie y el ex internacional español salvaba la salida de Mandado con una picada sublime. La declaración de intenciones de los blanquiazules era evidente, tanto en el marcador, como en la presión a tres cuartos de cancha como a la hora de hacer los cambios. Chema Sánchez quería un partido eléctrico y las rotaciones comenzaron a aparecer a los dos minutos y medio en el banquillo local. Rotaciones con las que la intensidad se mantenía inalterada.
Leis Pontevedra era incapaz de visitar la portería de Dani Simón, ahogado en la presión de Benavente y muy temeroso a la hora de parar las acometidas blanquiazules. Cuando parecía que el choque se equilibraba, la fortuna se aliaba con la escuadra local, ya que un disparo exterior de Fran pegaba en un defensor del Leis y despistaba a Mandado. No obstante, el plantel dirigido por Mikel Diestro crecía poco a poco sobre la pista y en el minuto 9, en la primera acción limpia de contraataque que permitió el Atlético Benavente, Nogueira acortaba distancias con el 2-1.
Parecía que empezaba un nuevo choque, pero nada más lejos de la realidad. La escuadra de Chema Sánchez metió una marcha más y en apenas dos minutos (11 y 12) Malaguti y Charlie pegaban dos latigazos ante la endeblez de la defensa pontevedresa para abrir una brecha que, tal y como estaba el partido, parecía insalvable.
Con ese 4-1 se afrontaba el tramo final del primer acto que estuvo marcado por un juego más bronco, tosco, con constantes interrupciones, faltas, amagos de tanganas y situaciones que hacían que la temperatura subiera todavía más. No obstante, a falta de quince segundos para el asueto, Leis Pontevedra volvía a evidenciar una falta de contundencia clara en defensa y Charlie, el hombre de la tarde, hacía el quinto para su equipo y el tercero en su cuenta particular.
Arrancaba la segunda mitad con el partido muy encarrilado para el Atlético Benavente. Leis Pontevedra apenas había inquietado la meta de Simón y parecía muy improbable que se diera la sorpresa en forma de remontada. Todo apuntaba a una segunda de trámite y así fue. Durante los primeros cinco minutos, los pupilos de Mikel Diestro intentaron reaccionar, pero tan solo gozaron de una ocasión de Nico, que Marcos Vara sacó en el mano a mano. Pese a esa ocasión, el control del juego y el tiempo del partido seguía marcado por un conjunto local que sabía que tenía la final muy cerca.
Un disparo exterior de Nerga a falta de doce minutos para el final acortaba distancias. Era el 5-2. El Atlético Benavente seguías intenso pero ya no era el equipo alegre del primer acto, quizás por cansancio o quizás como medida de reserva para la final del sábado. Eso lo aprovechó Leis Pontevedra, que al ver que el peligro para su portería disminuía, se mostró más atrevido en ataque para intentar seguir recortando distancias.
Pero cualquier atisbo de reacción se esfumó cuando los jugadores de Mikel Diestro se quedaban con cuatro jugadores por la expulsión de Arrollo, que vio dos amarillas. Corría el minuto 36 y en ese tramo final dio tiempo para que Sergio Hernández pusiera en superioridad numérica el 6-2. Leis Pontevedra apostó entonces por el portero jugador pero el marcador ya no se movió. El Atlético Benavente jugará el sábado, por méritos propios, la gran final por el ascenso.