El CD Zamarat viajaba este sábado a casa de Araski sin apenas margen de error después de los últimos resultados que está arrojando la Liga Femenina, Ángel Fernández tenía a todo su equipo disponible, con una semana más de acoplamiento para las dos incorporaciones del mercado invernal: Iva Brkic y Mohammed. No obstante, el técnico apostó de inicio por un quintento reconocible, con jugadoras habituales: Cornelius, Montoliu, Jespersen, McPhee y Dornstauder.
La contienda comenzaba con un triple de Cornelius, que parecía ser premonitorio de un buen duelo para las suyas, pero rápidamente se vio que el CD Zamarat no había soltado los nervios iniciales. Las pupilas de Fernández tuvieron demasiadas pérdidas en ese inicio y vieron cómo, al igual que siete días antes, las ex jugadoras naranjas castigaban en exceso. Tamara Seda y Laura Quevedo comenzaron enchufadas y un parcial de 10-1 le daba las primeras ventajas al plantel vasco.
El entrenador del CD Zamarat se veía obligado, por tanto, a solicitar el primer tiempo muerto del duelo. No mejoró mucho el equipo zamorano, con porcentajes de tiro paupérrimos, y se alcanzaba el final del primer cuarto con la máxima ventaja para Araski: 17-8. La peor noticia, además del mal parcial (dos triples y una canasta de dos), la lesión de Brkic, que se retiraba con el tobillo izquierdo dañado.
El segundo cuarto fue todavía más desalentador para las zamoranas. Las malas sensaciones del primer cuarto se agudizaron y la defensa, que tan buen resultado le estaba dando a las de Ángel Fernández en los partidos previos (salvo Lugo) volvió a hacer aguas, como el día del Ensino. El equipo fue incapaz de parar el talento y el torrente de recursos de Araski y vio como la ventaja iba creciendo, hasta que la brecha pareció insalvable. Un parcial de 23-12 llevaba el duelo al descanso con 40-20. De nada valía la tímida reacción de Montoliu y McPhee, porque el equipo no estaba inspirado en el lanzamiento, y sobre todo estaba desaparecido en defensa.
Tampoco sirvió para mucho el descanso. La salida de vestuarios del CD Zamarat fue de un constante querer y no poder. Quevedo y Seda, ex jugadoras del cuadro naranja, seguían dando un recital sobre la pista vasca y sumaban puntos a su casillero y al de Araski (entre las dos sumaban 14 puntos en menos de seis minutos). Ángel Fernández volvía a parar el partido a falta de tres minutos para el final del tercer cuarto porque la distancia no se rebajaba de los veinte puntos en el marcador. La distancia era sideral entre ambos y el entrenador naranja esperaba una reacción. El final del tercer cuarto llegaba con 57-35, lo que suponía una continuidad en el partido tras el parcial de 17-15.
La victoria estaba imposible, pero al menos quedaba por ver si el CD Zamarat tendría la fortaleza para acabar el duelo con honra para conquistar un mínimo de buenas sensaciones para el siguiente compromiso. Araski se mostró tremendamente fiable, sin fisuras, respondiendo a cada golpe del CD Zamarat y no dando ni un ápice de esperanza a un agónico conjunto naranja. 64-44 a falta de cinco minutos en una muestra clara que las vitorianas funcionaban como un reloj.
Pero ahí apareció, por fin, la raza de la escuadra de Ángel Fernández y el talento de McPhee (15 puntos en el último cuarto). Un parcial de 5-15 redujo la ventaja a los diez puntos. No era suficiente para ganar, pero al menos el partido acabó con mejores sensaciones que las arrojadas durante todo el partido. Al final, un 69-59 que mantiene a las zamoranas lejos de la salvación.
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