Cambio radical del Club Deportivo Zamarat. Después de dos derrotas inexplicables en las dos primeras jornadas de la segunda vuelta, el equipo de Lucas Fernández mostró su mejor cara en un bonito derbi ante el Bembibre. Es más, por momentos se vieron las mejores rachas de juego de la temporada a un equipo naranja que en ningún momento se relajó ante un cuadro berciano que se caracteriza por su constante lucha y pelea para no irse de los partidos pese a las desventajas que pueda tener.
La clave estuvo en la primera parte. El CD Zamarat se mostró brillante en prácticamente todas las facetas del juego. En primer lugar, el conjunto naranja estuvo tremendamente férreo en defensa, secando las arterias anotadoras de Bembibre. La prueba, los veinticinco puntos en los que dejó a las pupilas de Chiqui Barrios. Esa buena defensa también se tradujo en una superioridad clara en el rebote, que permitió segundas acciones y también evitar canastas fáciles de Bembibre. Y en ataque dos aspectos claros: la superioridad en el juego interior con Pirsic y Silva muy entonadas, y la presencia del tiro exterior en momentos claves. Aliaga y Van den Adel tomaron un papel protagonista, con Mariona dirigiendo con facilidad y a su antojo.
Los parciales del primer acto hablan por sí solos: 20-16 y 22-9. Con eso, el segundo acto era cuestión de mantener la ventaja y tratar de mitigar las reacciones que siempre ofrece Bembire como equipo luchador y que nunca se da por vencido. La ventaja rondó siempre los diez puntos, y cuando parecía que el duelo podía igualares, dos triples seguidos de Dragana Svitlica y Laura Aliaga resultaron vitales para volver a coger una renta de más de quince puntos que dejó el partido decidido para el último cuarto.
En ese último periodo, el CD Zamarat aprovechó para gustarse, seguir sumando puntos y agradar a un público que ha sufrido demasiados sinsabores esta temporada. Al final, Lucas Fernández también le dio minutos a las jóvenes Nuria Mateos y Esther Martín. Todo para poner la guinda a un duelo que finalizó con un abrumador 83-56 para un Zamarat que parece que por fin adquiere su mejor versión.