Basket Navarra se medía ante su particular bestia negra del curso pasado. Los navarros habían caído la temporada anterior ante el CB Zamora en los dos encuentros ligueros, tanto en la ida en el Ángel Nieto, como en la vuelta, para cerrar la primera fase del campeonato antes de la fase decisiva por el ascenso. En esta ocasión, los de Xabier Jiménez llegaban al municipal zamorano como el equipo más en forma de la liga, con dos victorias consecutivas y en una racha muy positiva que pretendían alargar en el municipal zamorano. Por su parte, el CB Zamora comparecía tras caer siete días antes en Ponferrada en un duelo que fue ganando por veinte puntos y acabó perdiendo en un último parcial desastroso, prueba de la irregularidad que está mostrando en este arranque liguero.
La salida al encuentro fue diametralmente opuesta. Mientras el CB Zamora Innova Chef iniciaba al máximo de sus posibilidades, Basket Navarra tuvo problemas en varios aspectos. Los de Jiménez no supieron adaptarse al criterio arbitral, cayendo en faltas constantes y perdiéndose en protesta que les sacaban una y otra vez del ritmo del partido. Los locales comenzaron a fraguar sus primeras ventajas principalmente gracias a una buena defensa, a un control claro del rebote y un porcentaje superlativo de acierto, con un 75% en tiro de dos y un 40% en triples. Por su parte, la gran lacra de Navarra, además de lo anteriormente expuesto, estuvo en la hemorragia de pérdidas, ya que se fueron al final de los primeros diez minutos con 6 balones enviados al limbo. La brecha en el primer parcial se fue abriendo hasta que llegaba el término de los primeros diez minutos con un 29-11 abrumador para el CB Zamora. Ryan percutía sin apenas oposición defensiva en ese primer parcial para el CB Zamora, mientras que solo Yago Estévez aguantaba el tipo en los navarros.
Con ese 29-11 y con un tiempo consumido por Jiménez para intentar frenar el torrente local se iniciaba el segundo cuarto. Basket Navarra cogió oxígeno, empezó a serenarse y ahora sí logró jugar de tú a tú al CB Zamora. Las canastas locales no llegaban ya con tanta facilidad y el punto más en defensa de Navarra permitía a los de Jiménez recortar distancias hasta acercarse a los doce puntos. Saulo Hernández paraba el partido en el ecuador del segundo acto para tratar que la ventaja no se rebajase de los diez tantos. Thomas comenzó a ser el guía que necesitaba el equipo navarro y a partir de él Basket Navarra comenzó a respirar. La diferencia en el rebote y en las pérdidas apenas existía y por eso el cuarto finalizó con un 18-20 que llevaba el duelo al descanso con 47-31 para el CB Zamora. Los zamoranos estaban cómodos en el duelo y aguantaban los tirones de una escuadra dirigida por Xabier Jiménez a la que no le entraban los triples. Hasta nueve veces intentó anotar desde el perímetro Basket Navarra y nueve veces se encontró con el hierro. Además, las malas noticias llegaban también en el banco visitante con la lesión de Wilson.
No cambió mucho el decorado en el tercer parcial. Basket Navarra seguía remando, limando poco a poco puntos a un CB Zamora que parecía atascarse. De nuevo, la ventaja rondaba los doce puntos y Saulo Hernández se veía obligado a pedir tiempo muerto. Thomas seguía echándose a Basket Navarra a su espalda y sus puntos eran los que permitían que el partido se mantuviera vivo. No obstante, el CB Zamora mantenía la renta gracias a la inspiración desde el perímetro de sus jugadores. Tres triples casi consecutivos de los locales hacían estéril el buen trabajo navarro en ese tercer parcial y mantenía la distancia en quince puntos.
Se entraba en los últimos diez minutos con 65-50. Basket Navarra había dado un claro paso adelante en su juego pero se estaba batiendo ante la mejor versión de un CB Zamora que apenas contaba con tres rotaciones. Era una incógnita saber hasta cuándo podía aguantarle el físico a la escuadra de Saulo Hernández. Lo que estaba claro es que Navarra no podía llevarse el duelo con un porcentaje de acierto en el triple tan paupérrimo: 6,7% al anotar solamente 1 de 15. Y fue en ese cuarto parcial cuando encontró la escuadra de Jiménez el acierto exterior. Tres triples seguidos de Navarra, dos de ellos de Narros, permitían darle vida a la contienda.
Se entraba a falta de tres minutos con un triple estratosférico de Thomas desde la esquina que bajaba la ventaja por primera vez de los diez puntos: 79-71. El CB Zamora estaba exhausto físicamente y quedaba por ver si tirando de corazón podía guardar una ventaja que había amasado desde el primer cuarto. Por el otro lado, estaba por ver si Basket Navarra tenía argumentos para darle la vuelta al choque, ya que curiosamente una vez que empezaron a entrar los triples, el equipo de Jiménez se quedó sin productividad por dentro. Thomas, que estaba cuajando un buen duelo, se iba al banco a falta de un minuto por cinco faltas y con 79-73 en el marcador.
En esos últimos instantes, la victoria no cambió de bando y el CB Zamora se llevaba la victoria final por 84-76.