Quiere comer el turrón sin atragantarse, poder saborearlo. El CB Zamora despidió el año con una victoria en lo que está siendo su templo, un Ángel Nieto que volvió a estar a la altura, permitiendo disfrutar de la festividad navideña con una alegría más. Un poco de baloncesto antes de despedir un año mágico para los blanquiazules, con ascenso y magníficas sensaciones en la Primera FEB. Ha nacido una estrella, y esa es el CB Zamora. Un brindis por el espectacular año teñido de blanquiazul. Séptima victoria () y con ilusión de que el 2025 sea igual o más mágico que el 2024. Walker, con 23 puntazos, y Ondrej, con 17, fueron los máximos anotadores en un encuentro ante el Oviedo que se llegó al centenar de puntos (100-81)
El quinteto inicial por el que apostó Saulo estuvo formado por: Powell, Walker, Buckingham, Nikic y Saintel. Las primeras posesiones del CB Zamora no se tradujeron en puntos. El Oviedo inauguró el marcador y Buckingham respondió con 5 puntos consecutivos. Se cumplieron los primeros tres minutos del duelo y el técnico visitante, Javi Rodríguez, descargó toda su furia dirigida hacia Menuge. Era consciente el técnico del Oviedo de la importancia del partido en la lucha por permanecer en la Primera FEB, los nervios estaban a flor de piel y los errores en esta categoría se pagan caros. Estuvo espectacular Walker para coger el balón, cabalgar por la pista y clavar un triple con un tiro libre añadido que no pudo convertir. Con seis minutos de juego, los blanquiazules habían logrado congelar la pólvora del Oviedo (12-2).
Hubo incertidumbre después de que los árbitros detuvieran el partido por un fallo electrónico en la aplicación oficial. Ese parón no frenó a los blanquiazules, que ofrecieron una actuación estelar, con Saintel colgándose del aro, Walter robando, Nikic recogiendo los rebotes y Puksté haciendo mates (25-5). El CB Zamora estaba siendo una ola gigante (28-10).
El segundo cuarto fue de triples. Si el Oviedo sumaba de tres, Ondrej respondía, Nweke aceptaba el reto, el CB Zamora volvía a replicar con otro triple, y Menuge insistía en que en este duelo de triples el Oviedo iba a resultar vencedor (34-19). Mejoró la anotación el cuadro asturiano, con confianza para tratar de igualar el marcador y no poner la alfombra roja al CB Zamora (46-33). La defensa blanquiazul no fue intensa y el Oviedo se desfondó para llevarse el segundo cuarto (50-37).
El tiempo de descanso sirvió para recargar el depósito de gasolina. Un 11-0 de salida volvió a estirar la renta a los 24 puntos. El Oviedo no anotó hasta el minuto 5 del tercer cuarto y fue desde la línea de tiro libre. Ondrej no perdió la magia desde el perímetro, balón que cogía, balón que acababa en las redes (64-41). El único al que parecía que le iba algo bien era Hutchinson, aunque sus puntos llegaron a cuentagotas. Con 16 puntos de ventaja, el cuarto definitivo se encaraba mejor.
Este CB Zamora seguía hechizado. Dos nuevos triples de Buckingham y Powell para seguir deleitando a su público. Bajo el aro se encontraba Pauksté para seguir engordando el casillero, aunque el Oviedo no tiró la toalla. Valinotti impuso una defensa pegajosa, pero Saintel se encargó de romper esa barrera para firmar 12 puntos (89-71). Los dos puntos ya estaban en manos locales. El delirio y la euforia zamorana llegó cuando Walker firmó los 100 puntos.
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