El CB Zamora no esperó a que el Fuenlabrada entrara en combustión. El motor ya estaba caliente y un 9-0 de partida descolocó al cuadro madrileño, que tardó unos minutos en despertarse del letargo y entrar al partido. Cuando lo hizo, fue a lo grande, con tres triples que igualaron la contienda. Munnings calentó la muñeca desde el perímetro. Salió Ondrej para poner orden con dos triplazos y desatar la euforia en la grada. El partido cogió velocidad de crucero.
El Fuenlabrada reaccionó con Nwgbo como gigantón. El CB se mantuvo vivo en el choque (24-22). El segundo cuarto empezó con los blanquinegros golpeando. Sin embargo, el Fuenla se blindó en defensa, cortando todas las vías a canasta. Hustak fallaba y los madrileños se pusieron por delante en el marcador por primera vez (27-30).
Se entró entonces en un bucle de fallos, un pequeño trance con errores en ambas canastas. Zaid Hearst acabó con la sequía, pero el Fuenla respondió al instante con otra canasta (29-32). Pauksté firmó un 3+1 pletórico para mantenerse en la pomada (32-35). La conexión Naspler-Pauksté fue un espectáculo, pero allí, como un fantasma que acecha, estaba Munnings para mantener al Fuenlabrada por delante.
Y salió entonces Nikic en modo superestrella de cine. Los gigantes del CB se plantaron en modo "ya estamos aquí" (43-40). Una pena la canasta final del Fuenlabrada, que dejaba en un punto la ventaja blanquiazul (43-42).
El descanso no le sentó del todo bien al CB. Jorgensen se vino arriba y, en un abrir y cerrar de ojos, el Fuenlabrada volvía a estar arriba. Fue efímera la alegría blanquiazul. El atasco en ataque fue grande. Hubo problemas para anotar y tiros forzados que no ayudaron a reducir la desventaja.
Powell dio oxígeno y Saintel voló para poner el 50-53. Zurbriggen enmudeció el Ángel Nieto con un triplazo. Se llegó al último cuarto con todo por decidirse (52-56).
Matulionis deslumbró con su inspiración con un más tres. Replicó el CB con un sobresaliente parcial 7-0. Powell hizo soñar (59-59). Entonces se entró en los minutos decisivos, los últimos dos minutos de un encuentro que había saltado chispas. Los triples se sucedieron: tú me das, pues yo te doy... y así en el tramo más decisivo. (71-73)
Un triple del CB Zamora hizo soñar con la hazaña de ganar al todopoderoso Fuenlabrada, pero los madrileños saben moverse bien cuando juegan bajo presión y clavaron otro triple. El 71-73 no se movió y el CB, con su incansable brega, se quedó a las puertas de la gloria. Caen con la cabeza alta los de Saulo Hernández.
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