Diez años han pasado desde el CESA 2009, que se celebró en Valladolid. En aquella ocasión, Castilla y León alzó el oro en categoría cadete masculino de la mano de Nacho González. Como en un círculo que se completa, misma ubicación, misma categoría e idéntico resultado, si bien esta vez con Marcos Martínez a los mandos de la nave.
El cadete masculino de Castilla y León llegaba a una final por segundo año consecutivo con el ansia de quitarse la espinita clavada el año pasado en Galicia, donde perdió la final con Cataluña después de después de un ascenso fulgurante de Copa.
El partido comenzó con mucha igualdad y con dos equipos muy centrados en un pabellón Pilar Fernández Valderrama que respiraba un ambiente que ya quisieran muchos partidos de Asobal, con un público volcado y una notable mayoría de los de casa. Nada más arrancar el choque, los jugadores de Castilla y León encontraron en el lateral izquierdo de la defensa valenciana un hueco por el que colarse e intentaban percutir por ese flanco, mientras que en defensa Marcos Martínez proponía variantes como el 3-3 para intentar alejar la metralla rival.
El primer tramo del choque se mantuvo en equilibrio de fuerzas que alternaba el dominio en el marcador hasta el minuto 20, en el que la exclusión de un jugador valenciano y la mixta sobre Alonso empezó a penalizar al conjunto de la costa levantina. El portero de Castilla y León enarboló aquello de "no en mi casa" mientras que el pivote y el extremo izquierdo decidieron que todo aquello que cayera en sus manos iba a acabar dentro de la meta. Con ese arreón final se llegó al descanso, contando 13 a 19 en el tanteo.
Tras el paso por vestuarios, Castilla y León intentó imprimir velocidad pero dos exclusiones seguidas en el minuto rompieron el ritmo del juego y permitieron al conjunto valenciano acercarse momentáneamente a los 4 goles de diferencia. El respiro le duró poco al combinado de Valencia. Con todos los efectivos castellanos y leoneses sobre la cancha de nuevo, la maquinaria armada por Martínez se volvió imparable. Constantes recuperaciones de balón en defensa y multitud de variantes en ataque, comandadas por una magistral dirección de Alejandro Pisonero, tornaron a la selección valenciana en un equipo endeble que mermaba con el paso de los minutos. No había hueco, por mínimo que fuera, por el que no se colaran los jugadores de casa. La segunda parte, en su totalidad, fue un festín para la selección castellana y leonesa que hizo las delicias del público. Campeonato impecable el que firma la selección Castilla y León que se cuelga, así, el sexto oro de su historia en categoría cadete masculino.
Cuarto puesto para el juvenil masculino
Mientras tanto, en el otro encuentro por las medallas del Campeonato, el juvenil masculino no pudo sumar otro metal al palmarés y se vio superado por una potente selección de Madrid.
La pelea por el bronce se empezaba con dificultades para encontrar huecos en la defensa rival. En el arranque solo Fernando Abajo conseguía abrir brecha en el centro del muro madrileño mientras que en labores defensivas los avanzados propuestos por Nacho González a partir del minuto 7 ponían en problemas al equipo del foro. Con este esquema, Castilla y León desarrolló la fórmula para recuperar balones aunque seguía faltando templanza para completar el objetivo de hacerlos llegar a la red contraria.
Entre fallos y defensas férreas los 20 primeros minutos del encuentro se convirtieron en una sucesión de ataques inertes y el marcador en este tramo señalaba 4 a 5. Aunque en los últimos instantes del primer periodo, Madrid rompió la sequía con un parcial de 4 a 1 que llevo el choque al descanso con 8 a 6 en el marcador.
En la reanudación, los madrileños arrastraron la dinámica con la que acabaron la primera mitad y endosaron un nuevo parcial de 5 a 1 a los castellanos y leoneses que no terminaban de entrar en el partido. Ni siquiera las dos exclusiones seguidas que recibió la selección de Madrid en el minuto 8 sirvieron para acercar distancias. No hubo giro argumental de última hora ni épica a la que apelar. Los de González se mantuvieron impotentes frente a una defensa mucho más corpulenta y firme que hacía fracasar cualquier intento de remontada. Resultado de 24 a 20 y un buen cuarto puesto para una generación que ha tenido una gran evolución desde que hace dos años, en el CESA 2017, finalizó en novena posición, entonces como cadetes.
Infantil Masculino, campeón de Copa
Por su parte, el infantil masculino, tras su descenso a la zona de Copa, tenía como nuevo objetivo ganar esta segunda división del CESA y resarcirse de un mal inicio de competición. Y así fue. Los de Luis Puertas llegaron a la final de Copa con hambre de victoria, tanto que en el arranque, con un parcial de 1 a 5, ya se veía que el partido solo iba a tener un color, el de Castilla y León. Y así fue. No hubo opción para la selección de las Islas Canarias que nunca llegó a inquietar los intereses de la selección castellana y leonesa. Al final 25 a 32 para colgarse el "oro B", pero oro al fin de al cabo.
En el resto de encuentros, el juvenil femenino perdió contra Andalucía por 37 a 23 y concluye en octava posición del Campeonato, lo que le mantiene en la estadística de ser el único combinado de Castilla y León que no ha descendido nunca a la zona de Copa. En idéntico puesto termina el cadete femenino tras caer contra Navarra por 37 a 29, si bien el ascenso a Campeonato le garantiza empezar en la zona alta en la próxima edición, al igual que el infantil femenino, que en su caso ha concluido en séptima posición gracias a su victoria contra Madrid por 18 a 19.
Castilla y León se cuelga el oro cadete en el Nacional de Balonmano
El juvenil masculino, donde se encontraba el arquero zamorano Guarido, se quedó en un buen cuarto puesto, mientras que el infantil masculino, del zamorano Escudero, se alzó con el título de Copa.
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