El pabellón municipal Ángel Nieto acogía este domingo uno de los duelos más atractivos de la temporada para el espectador zamorano al balonmano. El filial del FC Barcelona visitaba la capital del Duero y eso siempre es sinónimo de espectáculo; no solamente por lo que supone que el escudo del club azulgrana llegue a Zamora sino por el hecho de que es un equipo muy vertical en ataque y vistoso en su juego. Se esperaba una contienda a tumba abierta, con muchos ataques, y el duelo no defraudó en su desarrollo.
La primera parte fue un intercambio de golpes constante. Los dos planteles luchaban por ver quién era más rápido a la hora de montar el ataque. En la mayoría de los casos, las defensas eran incapaces de armarse después de ataques o de goles y era un festival de contragolpes. En ese reparto de goles ningún equipo fue capaz de controlar el luminoso. Los dos conjuntos lideraron el marcador, pero ninguno rompió la contienda. Ramiro Martínez se mostraba como el jugador más inspirado de cara a portería rival, bien acompañado por Sarasola, que lideró al equipo durante el tramo inicial del choque, y Aravena que dejó buenas sensaciones en sus primeros minutos ante su nuevo público.
Se llegaba al descanso con la máxima renta para el BM Zamora, tres dianas de diferencia: 18-15. Los pistacho estaban cómodos en ese escenario de juego de lanzarse a tumba abierta y lo demostraron en un inicio de segunda parte estelar. En defensa, los zamoranos lograron parar las primeras oleadas del FC Barcelona y obligarles a jugar en estático, lo que redujo su fiabilidad arriba. En cuanto a la parte ofensiva, el equipo de Álvarez siguió corriendo y con un Aravena imperial en la sala de máquinas el equipo logró abrir la máxima brecha del partido. Se ponía con un 22-16 que obligaba al técnico azulgrana a pedir tiempo.
El duelo parecía encarrilado pero llegó la habitual pájara del Rutas del Vino. El ataque se atascaba sin el central argentino en la cancha y eso permitía al Barça lanzar contragolpes muy ventajosos. La distancia fue reduciéndose, pese a que Leo Álvarez trato de parar el torrente anotador del rival. 24-23 a falta de diez minutos y nuevo partido. En ese nuevo partido aparecieron de nuevo los mejores del partido: Admella, Ramiro y Aravena. Entre los tres lograron un parcial de 3-0 para poner un 27-23 cuando restaban poco más de siete minutos para el final. Eran cuatro goles de renta. El partido no estaba hecho, pero había margen de error.
Ese margen de error no fue suficiente para mitigar un final de encuentro lleno de pérdidas y de malas decisiones de un BM Zamora que acabó regalando un punto al filial del FC Barcelona con el 28-28 final y que recibió silbidos aislados con el final del choque.
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