No pudo comenzar peor el curso para el Zamarat. Si bien este miércoles se conocían las discrepancias entre entrenador y directiva, el partido disputado en tierras riojanas no ayudó a los aficionados para mejorar sus ánimos.
Las naranjas salieron dominando y firmando un parcial de 0-4, alegría que no se sostuvo demasiado tiempo ya que a los cinco minutos las locales se encontraban por delante. Unos buenos minutos finales de cara a canasta permitieron a las logroñesas irse con un 21-18 al descanso, mostrando su buen nivel desde la línea de tres frente a un Zamarat inoperativo en esos instantes.
La tendencia se agrandó en el segundo cuarto para desgracia de las zamoranas. Las de Ángel Fernández intentaron defender atrás, cerca del poste, lo que posibilitó a las rivales mover el balón y realizar varias jugadas de atacar al poste y abrir hacia fuera, donde alguna compañera solía encontrarse sin defensora y anotar de tres. En esa faceta destacaron especialmente Txell Alarcón y Barneda, arrasando desde la línea de triple y dejando sin opciones a un Zamarat incapaz de imponerse en tareas defensivas.
Al descanso las zamoranas firmaron un 49-27 que se erigía como un muro imposible de romper. Alarcón y Barneda volvieron al vestuario con 14 y 11 puntos, respectivamente, mientras que entre las visitantes la mayor anotadora era Berezhynska, con ocho, seguida de Abbie Wolf y Lizarazu con cuatro. La ucraniana lo intentó de todas las maneras posibles, tratando de imponer a las rivales bajo aro y atacando al poste con contundencia, pero no encontró apoyos y no logró tirar del carro hasta la pausa. Un mal juego que se personificó en la última jugada del segundo cuarto, dándose un fallo defensivo a la hora de sacar con pocos segundos por delante y que permitió a las riojanas anotar de dos.
Dentro del cuadro naranja los aficionados no pudieron encontrar grandes esperanzas además de la ya mencionada pívot, pues tanto Okonkwo como Wolf, sus parejas de baile en la posición de 4, no tuvieron demasiada suerte, viéndose a la estadounidense bastante lenta en algunos movimientos. Además, en la zona exterior tanto Quirante como Montoliu tampoco mostraron su mejor versión al no encontrar la velocidad de juego que deseaban.
Tras el descanso el Zamarat cambió la tendencia. Las zamoranas pudieron imponer su ritmo de juego en los primeros minutos, recortando puntos en pocos minutos y dando una pequeña esperanza para ver si el rumbo del partido se decantaba a su favor. No obstante, la falta de eficacia en defensa no dejó que las naranjas se acercasen más, dejando a las riojanas anotar dos triples en dos jugadas consecutivas para poner el 57-38 en el pabellón.
La brecha no dejó de agrandarse, cerrándose el tercer cuarto con un 72-40 que rompió cualquier esperanza. Un 14 de 26 en triples fue crucial para el Campus Promete, apoyándose principalmente en el ritmo rápido para frustrar las intentonas zamoranas.
El último asalto tampoco tuvo un guion diferente al resto, agrandándose la distancia entre ambos equipos en puntos y dejando a las de Ángel Fernández la percepción de que le falta una marcha más todavía para plantar cara.
Resultado final de 89-52 que empaña el comienzo de temporada de un Zamarat que sigue tratando de encontrar el ritmo y que ha tenido un parón en los últimos días debido al Covid-19. Todo ello a la espera de recibir este sábado a un Al-Qázeres que el año pasado fue su rival directo y al que tratarán de utilizar para retomar sensaciones en este comienzo de curso.
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