La próxima Segunda División B tendrá novedades. La temporada 2020/21, cuyo inicio está previsto para el 26 de septiembre, tendrá un formato muy diferente y habrá subgrupos de diez equipos. En concreto, los 100 equipos participantes se dividirán en 5 grupos de 20 equipos, y a sus vez, en 10 grupos de 10 equipos.
De esta forma, la primera fase contará con dieciocho jornadas y se jugará entre finales de septiembre y febrero en formato de liguilla con diez equipos.
La segunda fase, que se disputará entre febrero/marzo hasta junio, tendrá tres objetivos: un grupo para ascender a Segunda, otro para estar en la Segunda B PRO y otro más para evitar el descenso a Tercera.
Los tres primeros equipos que queden en el subgrupo de la primera fase lucharán por subir a la división de plata; los que acaben entre el puesto cuatro y siete pelearán por estar en la Segunda B PRO; y, por último, del octavo al décimo tratarán de evitar el descenso a Tercera División. En esta sentido, las informaciones que se han dado a conocer, a la espera de que la RFEF lo haga oficial próximamente, generan dudas de si el séptimo peleará en el grupo de la Segunda B PRO o en el grupo de descenso.
Concretando, en la lucha por ascender a Segunda A, habrá en esa fase intermedia cinco grupos de seis clubes que jugarán en formato de liguilla. Lo que ha trascendido, a falta de que sea oficial, es que los tres mejores de esos cinco grupos, junto con el mejor cuarto, jugarán el play off de siempre a ida y vuelta con un sorteo cruzado: primeros contra terceros (más el mejor cuarto) y segundos entre ellos (junto con el tercero restante). Los equipos que no logren ascender a Segunda A tendrán su plaza directa en Segunda B PRO.
Para los clasificados entre el cuarto y el séptimo lugar en la primera fase (40 equipos) el premio será colarse en la Segunda B PRO. Quienes no lo consigan tendrán asegurada su permanencia en la Segunda B una temporada más. Quedarán 10 plazas restantes en Segunda B PRO.
El descenso, por su parte, se lo jugarían los tres peores clasificados de cada uno de los diez subgrupos. 30 equipos pelearían por evitar el descenso a Tercera (que supondría bajar dos categorías por la inclusión de la Segunda B PRO) en un formato que todavía no ha trascendido.
Pese a la complicación del formato, los equipos jugarán menos partidos que en una liga normal (34 encuentros frente a 38) y prácticamente el cien por cien de los duelos con una trascendencia capital.