En sus dieciséis años de práctica de este deporte, Carlos se queda “con el campeonato de Europa conseguido en Punta Umbría y la plata en el Nacional Absoluto por selecciones”, además de “con el ambiente generado dentro del club y con los deportistas de otros clubes en las diferentes competiciones”. Pese a esos buenos momentos, reitera: “Llega un momento en el que tienes que parar. Confío en que dentro de un año me vuelva a entrar la motivación y coja el tiro con arco otra vez con ganas”.
Por último, confiesa que su familia y su club, el Arqueros Zamora, no se lo han tomado nada bien: “Mi familia no lo ha entendido porque era una manera de reunirnos todos los fines de semana, y en el club tampoco. Pero tienen que entender mi postura porque ven que estoy quemado de la presión competitiva”.
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