Han sido once puntos que han llegado merced a tres victorias y dos empates y que ubican al Amigos del Duero en el puesto undécimo de la tabla, siendo el primer equipo que se salvaría del descenso y con tan solo dos puntos de margen respecto al Oviedo Moderno B, que marca esa posición agónica.
Tres han sido los principales problemas que han llevado a las jugadoras de Samuel Merino a cumplir sin alardes en esta primera parte del campeonato. El primero de esos problemas han sido las continuas ausencias que ha tenido que lamentar el entrenador semana a semana. Ausencias de jugadoras en muchos casos claves en el esquema del equipo amarillo. El segundo problema ha residido en un mal arranque que llevó a las zamoranas a cargarse de presión desde las primeras jornadas del campeonato. Y el tercer problema tiene que ver con la producción ofensiva.
Y es que en este último aspecto, el equipo de Samuel Merino ha alternado partidos buenos con partidos malos, e incluso en un propio encuentro ha sido capaz de mezclar fases buenas con fases algo más discretas. El mayor “hándicap” por tanto ha resultado ser la falta de gol que ha demostrado tener el Amigos del Duero. Y es que en fases en las que los partidos estaban claramente decantadas para las amarillas, la efectividad no ha terminado de acompañar.
La parte positiva de esta primera parte del campeonato ha sido sin duda el enorme trabajo colectivo y el sacrificio defensivo realizado por el Amigos del Duero, que le permite ser uno de los conjuntos menos goleado de los equipos que se encuentran en la zona media baja de la tabla.
A partir de ahora, el Amigos del Duero afronta una segunda parte de la liga igualada, en la que ya conoce a todos los equipos y en la que si la suerte en la parcela ofensiva cambia, no debería de haber problemas para que el equipo dirigido por Samuel Merino consiguiese la salvación.