Los ánimos llegaron destemplados al comienzo delencuentro. El Zamora-Atlético Astorga se veía descafeinado por una tardedesapacible marcada por el viento, pero los más fieles acudieron, como cada dossemanas, al Ruta de la Plata para alentar a los suyos
El comienzo del duelo no dejó grandes ocasiones, estandomás marcado por la pelea en el centro del campo en busca de dominar el balón queen la consecución de disparos u ocasiones.Sin embargo, pasados los diez minutos los locales comenzaron a carburar y a metera los verdes en su parte del terreno de juego. Uña trató de despejar un centro de Perero desde laderecha, con la mala fortuna de mandar el esférico a las inmediaciones de unBerlana que tuvo que sacar el balón en la línea de gol. Primera alegría parauna grada que encadenó varias más en los siguientes minutos.
Carlos Ramos colocó el balón y quitó las telarañas dela portería defendida por un Berlana que, pese a tocar, no pudo evitar que seinaugurase el marcador. Todo para la explosión de alegría de un Ruta de laPlata que ya se veía por delante antes de los primeros 20 minutos después de sufrircon los suyos en los dos últimos choques lejos de Zamora.
Al borde de la media hora volvieron los aplausos pormedio de Valentín. El delantero tuvo tres grandes acciones, primero con lapierna derecha, después de cabeza y, por último, una chilena que pudieron significarotro gol, pero que el guardameta del Astorga se encargó de evitar.
Tras la reanudación, Mapisa consiguió los primerosaplausos de la segunda mitad. El portero logró despejar un lanzamiento de faltaraso que se envenenó con dirección al segundo palo, pero que consiguió sacarlejos del área pequeña. Los aplausos se convirtieron en pitos al colegiado poruna falta no señalada cerca de las inmediaciones de Berlana, pero Mapisa volvióa sacar a relucir los aplausos de la grada con un control con el pecho sobre lalínea de gol.
El Ruta de la Plata siguió disfrutando de accionespeligrosas que, desafortunadamente para ellos, secaba Berlana una y otra vez, peroque reafirmaban el buen juego de los rojiblancos ante un Atlético Astorga correosoy que quiso dar algún susto al contraataque, aunque sin demasiada fortuna enlos metros finales.
Sin embargo, Diego Peláez anotó el empate a uno enuna jugada en la que Carlos Parra se durmió dentro del área y que sirvió paraque el capitán visitante pusiese el 1-1 en un estadio que enmudeció por un golque no se esperaban a poco más de un cuarto de hora para el desenlace final.
Un total de 15 minutos que estuvieron marcados porlas constantes faltas y perdidas de tiempo del Astorga, las cuales calentaron aun público que terminó desencantado ante el poco reparto de tarjetas por partede Omar Álvarez, quien finalmente señaló un empate a uno que dejó con mal cuerpo a la afición zamorana después de tener Sergio García el ansiado 2-1 en los instantes finales tras un saque de puerta en largo de Mapisa que le dejó solo frente al portero.