Había dudas por saber cómo respondería la afición del Zamora después de la decepción de Haro. Pero la respuesta no pudo ser mejor. Alrededor de ochocientos aficionados del club rojiblanco invadieron las gradas del estadio de Matapiñonera en San Sebastián de los Reyes. Alrededor de 350 aficionados salieron de Zamora, esperanzados con el duelo ante el Alcobendas, mientras que el resto de hinchas eran zamoranos afincados, principalmente, en Madrid.
Esta vez no hubo recibimiento al autobús del equipo porque la plantilla entró por otra puerta y los hinchas no se percataron de ello. Sí hubo un especial recibimiento cuando los jugadores de Movilla saltaron a calentar primero y al duelo después. Los hinchas del Zamora eran mayoría en la grada y se notó en los ánimos. Parecía que los zamoranos jugaban en casa y desde el principio notaron el aliento de una hinchada que confiaba en la recuperación.
Durante el duelo, muchos lamentos, cabreo monumental con el arbitraje y nueva decepción al final con el 2-0. Los más optimistas mostraban su confianza de remontar en la vuelta, mientras que gran parte de los hinchas eran todo pesadumbre y lo veían todo negro. La resolución, en siete días en el Ruta de la Plata y con la necesidad de remontar el 2-0.