La afición de Nava convirtió en el pabellón en una caldera desde el punto de vista del ambiente, pero esa circunstancia no se tradujo en la temperatura, que fue muy baja y que obligó a los aficionados a seguir el duelo con el abrigo y la bufanda encima. En este contexto, algo menos de medio centenar de aficionados zamoranos no quiso dejar solos a los suyos y viajó a la localidad segoviana para seguir el derbi.
Los hinchas pistacho, fieles como de costumbre, se mantuvieron inasequibles al desaliento en todo momento y, hasta en los instantes más difíciles, se dejaron la voz para hacerse oír entre los seguidores locales. Al final, todos ellos se pusieron en pie para agradecer el esfuerzo de los jugadores, que valió un punto.