Había mucho en juego sobre el parquet del ÁngelNieto y la afición respondió. No se llegó al lleno absoluto, pero sí que hubo una buena entrada para el partido del Balonmano Zamora. Ya antes delpitido inicial, los aficionados ovacionaban a la cantera del equipo, en un homenaje en el que profesionales y jóvenes promesas saltaban juntos al pabellón.
También en la presentación del equipo habría un pequeño anticipo de lo que le estaba por venir a Sebas Ceballos, que este sábado jugaba su último partido en el Ángel Nieto.
Con el comienzo del partido, los aficionados se centraban en remar junto al MMT Seguros. Incentivando en ataque y presionando en defensa, equipo e hinchada demostraban estar en la misma página.
Con las primeras exclusiones, protestas y riñas entre los jugadores, el ruido del Ángel Nieto se comenzaba a disparar, algo que no haría sino mantener despiertos a los espectadores. Una de las sensaciones que se daban en la pista es que el partido no estaba en el bolsillo por el empuje de la grada, que estaba volcada con el juego de los pistachos.
No sería hasta el pitido del árbitro que la alegría invadiera el pabellón. Aficionados y jugadores celebraban la fase de ascenso a sabiendas de que en esta temporada no volverán a ver a su equipo en casa. Vítores, aplausos y homenajes a Ceballos se sucedían en los minutos posteriores al final del encuentro.