Los aplaudidores repartidos por MMT Seguros a cada espectador ayudaron a que, desde el comienzo del choque, el Ángel Nieto se convirtiera en una auténtica caldera. Pese a que el equipo no comenzó acertado, la afición no cesó en su empeño de mimetizar su energía con los pupilos de García Valiente, que en rueda de prensa el día de su cumpleaños había pedido como regalo ver las gradas con el aspecto que ofrecieron esta tarde.
En la segunda parte, con el equipo remontando, la grada celebró en pie cada tanto, silbó cada ataque del rival y presionó a los árbitros ante cada acción dudosa. Si el día de Ademar el Ángel Nieto recibió bien al Balonmano Zamora, el día de Anaitasuna aumentó su calor y afecto, hoy la afición ha rozado el lleno y quizá, en un futuro no muy lejano en esta Asobal, reclamar la apertura del fondo para poder presionar aún más al rival tras la portería.