Noche de Martes Santo. Los jóvenes de Zamora saldrán de su casa, vaso o taza en mano, para recorrer las estaciones por la calle de los Herreros que igualan el camino de Cristo al Calvario. En esta ocasión, aquel valiente que lo soporte, recorrerá más estaciones, cambiándolas por bares, de las que Jesús recorrió en su camino a la cruz. La temática es sencilla, un chato de vino o cerveza en cada uno de los locales de la calle.
Estación a estación, vaso a vaso y bar a bar, los participantes llevarán consigo un sello del establecimiento que acreditará su participación y el número de chatos consumidos. Un recorrido que bien puede tener un final nefasto y convertirse en un calvario para los participantes a la mañana siguiente.
Por ello, desde las asociaciones de alcohólicos rehabilitados aconsejan realizar un "consumo moderado y responsable" para que, de esta manera, el Vía Crucis de Herreros sea un pasatiempo que "no cause perjuicios propios para el participante ni para el civismo".
Una noche más, la calle más conocida de ocio nocturno en la ciudad se llenará de penitentes que buscarán la diversión y el reencuentro con los suyos con motivo de la Semana Santa. Y tal y como reza el Vía Crucis, y así versa su última promesa, "para estos devotos del viacrucis, mi alma será un escudo de protección que siempre les prestará auxilio cuando recurran a mí..."