La muerte de Don Carnal ha teñido de luto las calles de la capital con el tradicional entierro de la sardina. La comitiva fúnebre ha reunido a cientos de zamoranos a su paso para sumarse al dolor de decir adiós a la fiesta y recogerse para el tiempo de Cuaresma.
El buen tiempo ha sido causa de un incremento de aforo respecto a años anteriores, sumado a la falta de quema el pasado año debido al fuerte viento. Un año más, el dolor de decir adiós al Carnaval se ha hecho palpable en las calles de Zamora, entremezclado con la alegría del inicio de la cuenta atrás para la Semana Santa.
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