Más de medio millar de fieles de toda la diócesis de Zamora se reunieron para inaugurar el Jubileo de la Esperanza con la solemne apertura de la "puerta santa del corazón de Dios". Este emotivo acto, que tuvo lugar en la Catedral de Zamora durante la Solemnidad de la Sagrada Familia, marcó el inicio de un año dedicado a la reflexión, la renovación espiritual y la búsqueda de esperanza.
Una peregrinación marcada por la fe
La jornada comenzó a las 17:00 horas con una peregrinación que reunió a los siete arciprestazgos de la diócesis. Desde diferentes templos del casco histórico, los fieles caminaron hasta la Catedral portando imágenes de santos representativos de cada región, símbolo de devoción y práctica de las obras de misericordia.
“Hoy la puerta de la esperanza se abre de par en par”, expresó el obispo de Zamora, Mons. Fernando Valera, al dar inicio a la ceremonia. Acompañado por el obispo emérito Mons. Francisco Simón, un centenar de sacerdotes y una nutrida representación de fieles, subrayó que este jubileo es una oportunidad para renovar la esperanza en tiempos difíciles.
El llamado a llevar la esperanza donde se ha perdido
En su homilía, Mons. Valera invitó a los fieles a vivir con intensidad este año jubilar: “La puerta santa del corazón de Dios se abre para ti. Con Él, florece la alegría, la vida cambia y la esperanza no defrauda”, proclamó.
El obispo instó a la comunidad a cumplir una misión clara: llevar esperanza a los lugares donde más se necesita, desde cárceles hasta hogares marcados por la soledad y la pobreza. “Nuestra misión es llenar de esperanza nuestra iglesia de Zamora”, reafirmó.
Un año para sanar heridas
El Jubileo de la Esperanza, que se extenderá durante todo 2025, será un tiempo de gracia para los fieles zamoranos. “Hay esperanza porque Dios perdona siempre, y su misericordia nos precede”, destacó el prelado, llamando a permanecer en el amor de Dios y a no caer en la mediocridad espiritual.
Este evento no solo reafirma el compromiso de la diócesis de Zamora como un faro de luz en tiempos de adversidad, sino que también invita a todos a caminar juntos en familia, en comunión con la Iglesia y bajo la promesa de un futuro mejor.
Con esta apertura jubilar, la diócesis se prepara para un año lleno de fe, caridad y renovación espiritual. “La esperanza cristiana no es un final feliz que se espera pasivamente, sino la promesa del Señor que debemos acoger en el aquí y ahora”, recordó Mons. Valera.
El Jubileo de la Esperanza promete ser un hito en la vida espiritual de Zamora, reafirmando su vocación de comunidad unida y solidaria.
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