Zamora vivió la pasada noche su madrugada más atípica desde hace más de 80 años. Pese a que otros años la Cofradía de Jesús Nazareno no haya podido procesionar por la lluvia, este año era distinto. Por ello, los vecinos fueron llamados a sus ventanas y balcones para que el sonido del Merlú y la marcha de Thalberg protagonizaran la noche.