La exposición “Barriga Verde. De feria en feria” producida por la Asociación Morreu o Demo para la recuperación del títere tradicional gallego, reúne piezas originales de la familia Silvent, la encargada de llevar el personaje de Barriga Verde por las ferias y pueblos de Galicia entre 1910 y 1964. Junto con las marionetas y los elementos de atrezzo, se muestran elementos propios de las ferias tradicionales, en un recorrido didáctico por el contexto en el que el teatro de marionetas popular se codeaba con campesinos y ambulantes, charlatanes y decidoras de la fortuna.
La exposición, que ya ha sido visitada en Galicia por más de 10.000 personas, llega al Museo Etnográfico de Castilla y León tras su paso por el Centro Internacional del Títere de Tolosa, en donde fue visitada por cerca de 8000 personas. La exposición podrá verse hasta el 1 de septiembre, en la sala de exposiciones temporales del MECyL, en el horario habitual del museo. La entrada es libre y gratuita.
Barriga Verde es el último representante gallego de la antigua estirpe de Pulcinella, Punch, Polichinelles, Kaspareks, Gruignol, Don Cristóbal y Don Roberto que recorren desde hace siglos plazas, ferias y caminos de toda Europa. Desde principios del siglo XX y hasta los años 60, la familia Silvent llevó por toda Galicia las aventuras de este héroe (o antihéroe), que con su cachiporra encarnaba los enfrentamientos de la gente común contra la autoridad, la iglesia, la propia muerte y los peligros del más allá. Al igual que sus prestigiosos parientes europeos, Barriga Verde mantiene las esencias del títere tradicional de cachiporra, con números fácilmente reconocibles por cualquier espectador del género, auténticos antecedentes de la comedia cinematográfica más física.
El espectáculo, posiblemente el más popular de sus tiempos, dejó un recuerdo imborrable en generaciones de gallegos que aún hoy repiten el “morreu o demo, acabouse a peseta” con la que finalizaban las funciones, realizadas en gallego incluso en momentos en los que las expresiones culturales en la lengua estaban severamente perseguidas. Del mismo modo, las peripecias de Barriga Verde encarnaron el descontento y el sufrimiento de las clases populares en épocas en las que las posibilidades de expresión estaban muy limitadas.
Además de hablar al recuerdo de los antiguos espectadores de este espectáculo (hoy renacido de mano de varias compañías gallegas), Barriga Verde nos cuenta también una historia universal. La de feriantes que, sin fronteras ni límites, recorrían España, Portugal, Galicia, León o Europa llevando novedades y entretenimiento a todo el mundo. La de las innovaciones culturales como el cine, los nuevos estilos musicales, la amplificación eléctrica o los números circenses, que llegaron a aldeas y villas de mano de estos itinerantes. La de las ferias como puntos de encuentro e intercambio, espacio cultural y de dinamización económica y social. Todas esas historias pequeñas y compartidas por generaciones y pueblos a través de algo tan sencillo como una marioneta de guante.
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