El auditorio Ruta de la Plata abrió ayer sus puertas al primerfestival post pandemia de Zamora. Un reto mayúsculo que se convirtió en unenorme triunfo pese a estar proyectado como una edición de pequeño formato.Centenares de personas se dieron cita para disfrutar de la música en la llamada‘nueva normalidad’, pero el número de personal al servicio de la seguridad y elbuen transcurso del festival fue aún mayor al del público asistente. Pese a quela apertura de puertas estaba fijada para las cuatro de la tarde, la cola yacomenzaba a formarse, con las correspondientes distancias, desde varias horasantes.
Tiempo que se aprovechó para ultimar detalles en el interior delrecinto. Acomodadores, camareros en mesa, distancias entre los asientos,mascarilla obligatoria, ¡geles hidroalcohólicos y todo un protocolo deevacuación y control que hicieron del Z! el ejemplo de la cultura segura para volver adisfrutar de la mejor música para olvidar por un momento la situación que nosrodea.
Los nervios se palpaban en el ambiente ante el inicio de unfestival que ha sido reestructurado durante meses para poder sacarlo adelantecon un esfuerzo titánico.
Y llegó el momento, los andaluces The Electric Alley fueron losencargados de romper el hielo y las gargantas de los asistentes, agradeciendola asistencia y el esfuerzo de los organizadores. Un discurso del que tambiénse hizo eco ‘Ópera Magna’, como segundo anfitrión de la tarde. El grupo ‘Darkmoor’ llegó en el ecuador de la tarde para seguir avivando la llama delrock-metal como antesala de los ansiados ‘Saurom’ quienes vieron truncado suconcierto en el Teatro Principal en marzo con el estallido de la pandemia enEspaña.
Llego la noche, y Saurom hizo acto de presencia con un conciertode hora y media en viaje mágico. Tras ellos, Crisix fueron los encargados deponer el broche final a una noche diferente, en un festival de rock-metal en elque estar sentado era una tortura que se vio paliada por la responsabilidad detodos los asistentes.