¿Qué novedades trae este año la cofradía?
Pues la principal novedad y más relevante es que estrenamos los siete estandartes de las siete palabras. Desde la fundación estábamos con los primeros y ya estaban muy desgastados. Nos planteamos si arreglarlos o hacerlos nuevos y finalmente apostamos por hacer unos nuevos. La forma será la misma, aunque los materiales cambian, de forma que el fondo está en pana verde y las letras van bordadas en hilo blanco.
¿Cuál es la salud económica y social de la cofradía?
La económica está muy saneada. Pagamos una cuota de diez euros, somos más de 1.600 hermanos y empleamos parte de ese dinero a la obra social en el barrio. En cuanto a la implicación de los hermanos, en la misma línea de otros años, que viene a ser lo normal porque mucha gente está viviendo fuera de Zamora y viene en estas fechas. Pero estamos contentos. Cuando les llamamos para actos como el concierto de villancicos en navidades la gente colabora. Los martes de Cuaresma también conseguimos que la iglesia se complete en nuestros actos propios. Por último, este año han entrado cuatro nuevos hermanos de momento. Podía haber más altas, pero aquellos que no hacen la catequesis previa no pueden acceder a la hermandad.
¿Qué papel juega la Semana Santa en el desarrollo de Zamora?
Me parece que es muy importante y me gustaría que fuera menos importante. Es decir, que Zamora no necesitara tanto la Semana Santa. Hoy en día, en cuestión de turismo, como se llena estos días no se llena en otras fechas. Me gustaría que hubiera más industria, más trabajo, menos envejecimiento, y que no necesitáramos tanto la Semana Santa. Que se me entienda. Quiero que se presuma de cómo se vive la Semana Santa,pero que Zamora no la necesitara tanto.
¿Alimento o plato que más le guste típico de Semana Santa?
Sin duda alguna el dos y pingada. Y de postre una aceitada.
¿A quién le recomendaría que viniera a ver la Semana Santa?
Por lo que representa a la Semana Santa y como acto de fe que es, me gustaría que viniera el Papa Francisco.