Cultura

Corchado asegura haber sido "víctima de una persecución sin precedentes" con el objetivo de forzar su dimisión

Dadas las últimas noticias del rector de la Universidad de Salamanca ha decidido "rebatir" algo "que quería dejar cerrado hace rato" y habla de informes "sesgados" con "intereses políticos o venganzas personales". Lo deja claro: "No voy a dimitir"

Juan Manuel Corchado rector de la Universidad de Salamanca.Archivo

Juan Manuel Corchado, rector recién elegido de la Universidad de Salamanca comparecía en la tarde de ayer ante los medios de comunicación en una convocatoria de carácter urgente en la que se defendía del informe del Comité Español de Ética y aseguraba estar sufriendo una “persecución sin precedentes”.

El comunicado íntegro es el siguiente:

Una vez más, me veo en la obligación de dirigirme a vosotros para defender no solo mi  honor personal, sino también el prestigio de la  Universidad de Salamanca como institución y el  de toda la comunidad universitaria que la  integra, cuyo compromiso y excelencia deben  quedar fuera de toda duda. La Universidad es una entidad que trasciende a las personas y, como tal, su prestigio debe estar siempre por  encima de cualquier ataque individual.

Coincidiendo con mi candidatura al Rectorado de la Universidad de Salamanca me he visto sometido a un acoso continuado y sistemático, y también he recibido amenazas. Me siento víctima de una persecución sin precedentes al no haberse respetado en ningún momento mis propios derechos. Las constantes irregularidades, manipulaciones y tergiversaciones de la información publicada no solo distorsionan la verdad, sino que se utilizan con fines espurios, impulsados por diversos intereses de naturaleza política, venganzas personales y ambiciones desmedidas. A estas personas realmente poco les importa el valor de  la ciencia ni el daño reputacional que esto  causa, no solo a mi persona, sino también a la  propia Universidad de Salamanca.

A esta campaña de desprestigio se le suma  además una táctica de presión en medios y  redes sociales hacia editoriales, asociaciones  científicas y profesores, con el único objetivo de  subvertir el resultado democrático que  legítimamente obtuve en las urnas. Es decir, esta estratagema no busca velar realmente por preservar la ética y la integridad en la ciencia,  sino que tiene como último objetivo forzar mi dimisión como rector.

Esta situación es bien conocida por buena parte de la comunidad universitaria, que comprende la intrahistoria de la institución y los verdaderos motivos detrás de estos ataques. Sin embargo, la sociedad española en general desconoce estos detalles, lo que permite que el relato se manipule con facilidad, creando una corriente de opinión  pública injusta y desproporcionada, que intenta, además, involucrar una acción a otras  instituciones políticas y académicas, vulnerando el principio de autonomía  universitaria. 

Tras observar los últimos acontecimientos acaecidos a partir de la publicación del comunicado por parte del CEEI en el que se  cuestiona tanto el proceso como el informe  encargado por el Consejo de Gobierno de la  Universidad de Salamanca, he decidido tomar  la iniciativa y defenderme. No puedo quedarme  en silencio ante esta nueva muestra de clara  arbitrariedad. Por ello, he optado por rebatir de  manera firme y clara, a través de un texto que  pondré a su disposición y de toda la comunidad  universitaria, todos y cada uno de los ataques  que se han lanzado en mi contra.

Con respecto al informe recientemente aparecido, y cuyos autores son dos investigadores de la Universidad de Granada,  quiero destacar que:

• El informe encargado por el CEEI se realizó  sobre bases de datos bibliométricamente  imprecisas, incluyendo datos espurios de  los que los autores tenían conocimiento.

• El desacuerdo entre las metodologías  utilizadas en el informe encargado por el  CEEI y las de evaluación de la ANECA  invalidan las acusaciones sobre que Juan  Manuel Corchado "edificó su reputación  académica" sobre malas prácticas.

• El informe "objetivo" encargado por la CEEI  incluye apreciaciones personales, utiliza  datos cuya falsedad era conocida y no ha  contactado con la persona objeto de  investigación.

• Los investigadores del estudio nunca se han interesado por ver y conocer nuestros  proyectos, laboratorios y trabajos, a pesar de que seguramente conozcan las buenas  relaciones que tenemos con compañeros  de su Universidad, y las veces que la he  visitado, invitado, para impartir conferencias  y formar parte de tribunales.

• Tampoco han dado información sobre el tamaño de nuestro grupo de investigación, con cientos de investigadores, cientos de proyectos y miles de artículos científicos  publicados tanto en congresos como en  revistas de investigación. Además de otros  tantos en monografías y material docente. 

• Como grupo de investigación, y como verán en el estudio que presentaremos en el próximo Consejo de Gobierno, hemos creado una gran red de investigación  con cientos de grupos participantes, tanto a nivel nacional como internacional, con los  que compartimos y hemos compartido intereses y trabajos a lo largo de los últimos  25 años. 

Teniendo esto en cuenta, y para facilitar el entendimiento de nuestro documento, podrán entender que el informe del CEEI utiliza datos sesgados, siempre con la intención de desacreditar un trabajo que no  conocen y utilizando cifras e índices en la  dirección que a ellos les interesa para alcanzar  su objetivo, que es el mismo que intentamos  presentar en el artículo de “Retraction Watch”  publicado hace unos años y repleto de errores. 

Revisando el informe que hemos elaborado verán como punto por punto está sesgado y contiene todo tipo de errores. 

Les comento esto y para que vean el alcance de  la persecución que estoy sufriendo. En las últimas semanas y antes de que este informe se haya hecho público, ha sido enviado a varias  editoriales internacionales con ánimo de  desprestigiarme y dañar mi imagen, intentando  hacer ver que este es un informe emitido por el  CEEI. 

No han tenido bastante con tratar de desprestigiarme en mi Universidad, en mi país,  que han recurrido a medios internacionales para tratar  de echar por tierra el trabajo de años y años de  carrera. No se puede olvidar que antes incluso de ser vicerrector entre 2013 y 2017 yo ya era catedrático y contaba con una larga y exitosa  trayectoria.

Curiosamente, hemos conocido la existencia  del informe de los dos investigadores de la  Universidad de Granada con antelación a su  publicación, ya que una periodista de una  revista internacional contactó con nosotros  unos días antes de hacerse público el  documento. Lo sorprendente es que se nos pidió opinión sobre algunos temas para  contrastar la información que esta periodista tenía gracias a este documento, que  supuestamente había sido solicitado por el  CEEI, según las palabras de la periodista que se  puso en contacto con nosotros.

En paralelo, y como muestra de esta misma  situación de acoso, estamos recibiendo más  solicitudes de medios internacionales. Cabe  destacar que durante estos últimos meses  hemos estado revisando todas nuestras  publicaciones en las actas en las que hemos  participado. Identificamos unos errores de edición en varios talleres, especialmente  orientados a estudiantes y hemos trabajado desde  junio con la editorial “Springer” para corregirlos. Entendemos que debido a la llegada a esta  editorial y posiblemente por las razones antes  aludidas han decidido repentinamente eliminar  una serie de trabajos de talleres publicados en  los últimos 10 años y sin posibilidad de sustituirlos por los que realmente tendrían que  aparecer. Algo con lo que no estamos de  acuerdo. En todo caso quiero dejar bien claro que la editorial “Springer” indica en su contestación lo siguiente: “Consideramos que una retractación  es un instrumento neutral para corregir la  literatura. En nuestra opinión, las  retractaciones no deben verse ni interpretarse  como una forma de castigo por mala conducta”.

Las acusaciones sobre las citas son solo una excusa para ejercer presión, ya que esta  supuesta mala praxis no me ha proporcionado  ninguna ventaja en mi carrera, como se ha  insinuado en algunos artículos de prensa para  justificar mi elección como rector. Llama la atención como una cosa tan nimia y trivial ha  traspasado el umbral de lo académico.

Quiero centrarme en este punto para subrayar las actuaciones difíciles de entender que ha  llevado a cabo el CEEI en todo este asunto. Según su normativa, es un órgano meramente  consultivo que no tiene competencia para ejercer funciones inspectoras. Sin embargo, algunas de sus actuaciones podrían haber  vulnerado varios preceptos del Código Europeo  de Conducta para la Integridad en la  Investigación, al cual hace referencia en su  informe del 11 de junio de 2024.

Asimismo, creo, que con respecto al informe  emitido por los dos profesores de la Universidad  de Granada, y según indican de  manera textual, el mismo se realizó a petición del Presidente del CEEI. No se han respetado las  mínimas garantías procedimentales, ni los  derechos fundamentales más básicos como los de defensa, audiencia, contradicción y presunción de inocencia, lo que me ha generado un gran agravio, al no darme la oportunidad de  conocer previamente el contenido. De forma  paralela se instó a la Universidad a articular un  procedimiento para emitir un dictamen  imparcial, externo e independiente que coordinó el profesor Salvador Rus, por acuerdo  del Consejo de Gobierno y que al propio comité  no convenció. Por esta razón se publicó un  contrainforme del que tuve conocimiento por de la  prensa sin oportunidad de defensa. 

En esta campaña de desprestigio he sido  también víctima de delitos de suplantación de  identidad, contra el honor y la propia imagen y  amenazas contra mi integridad física, así como  la vulneración de mi derecho a la protección de  datos personales. Todos los delitos han sido  denunciados ante las autoridades policiales y  judiciales competentes y se encuentran en fase  de investigación, por lo que no puedo ofrecer  más datos por el momento.

Por todo ello quiero dejar claro que ninguna de las actuaciones que se me atribuyen pueden considerarse delictivas. Con esta comparecencia y con el informe que  próximamente les enviaremos, rebatiendo el contenido del informe realizado por los dos  profesores de la Universidad de Granada, doy  por cerrado este tema.

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