Hace 72 años que seis piragüistas decidieron emprender una aventura histórica que se convirtió en el caldo de cultivo para que el piragüismo zamorano esté hoy día en los mejores niveles del mundo. En el año 1947 esta aventura, por entonces muy peligrosa, marcó un hito que puede descubrirse hasta el 19 de enero en la planta baja del Museo Etnográfico.
Las piraguas eran de lona y madera, tipo canadiense, con lo que el peligro de hundimiento era a veces inevitable. Sin embargo, el periplo llegó a buen fin, no sin pasar una serie de contratiempos debido a la bravura del río en esa época. El descenso tuvo repercusión en los medios nacionales y locales de la época, así como en el noticiario NODO.
Esta exposición es un homenaje a esos deportistas que se atrevieron a desafiar un río Duero salvaje y caudaloso, y que llegaron a su destino después de dieciséis días agotadores. Además, ellos fueron el adelanto y el caldo de cultivo para que el piragüismo zamorano esté hoy día en los mejores niveles del mundo.
La exposición está compuesta por piezas, fotografías y documentos, entre otros. Los coordinadores del proyecto, Juan Miguel Colino y Pedro Ladoire han querido con esta propuesta, mostrar la hazaña de estos deportistas zamoranos intrépidos.
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