En soledad, en pareja, con la familia o con los amigos. Cualquier situación era la idónea este miércoles para despedir una nueva edición de las Ferias y Fiestas de San Pedro. Como cada año, miles de zamoranos se echaban a la ribera del Duero y a los miradores que se reparten a ambos lados del río para seguir el evento que cada año sirve para clausurar el tiempo festivo.
Es verdad que este año después de los fuegos todavía se celebró una orquesta más, pero para los zamoranos tradicionales el castillo de fuegos artificiales representa la clausura de la semana de fiestas. Un espectáculo pirotécnico que gustó a los ciudadanos y que tuvo una duración aproximada de veinticinco minutos.
Un tiempo en el que los organizadores mostraron toda la amalgama posible de fuegos de artificio: diferentes formas, colores, sonidos y movimiento. Todo para despedir un San Pedro que durante siete días ha inundado la ciudad con actividades para todos los públicos. Ahora, la ciudad regresa a la normalidad y comienza, de manera oficial, el verano en Zamora.