La presencia de la lluvia fue la triste protagonista del Miércoles Santo con la suspensión de la procesión del Silencio y el recorrido corto que tuvo que realizar la Hermandad de Penitencia del Santísimo Cristo del Amparo ‘Capas Pardas’. La primera intención de la directiva de la hermandad de las ‘Capas Pardas’ era que la procesión saliera de la iglesia de San Claudio de Olivares para dar la vuelta en la calle Mediodía y volver al templo, sin llegar a salir del barrio, y con la imagen del Cristo.
Pero finalmente la vuelta fue por la parte superior del barrio: calle Mediodía, subida por la calle Cabildo, Trascastillo, calle Santa Colomba y Rodrigo Arias. Además, a las doce en punto se decidía que el Cristo del Amparo no procesionaría y se quedaría en el templo para no sufrir los problemas que podía derivar la lluvia. De esta forma, la imagen quedaba aguardando en la iglesia hasta que regresaron los hermanos para cantar el Miserere.
Precisamente esa decisión de procesionar sin imagen a la que venerar y acompañar ha generado un importante debate en torno a la idoneidad de desfilar por desfilar o hacerlo en base a la devoción y acompañamiento al Santísimo Cristo del Amparo. El sector más crítico entendía que para “lucir” la capa ya están otro tipo de actos como los que organiza la asociación de la capa o la celebración del Día de Exaltación de la capa, y no salir a la calle en una procesión durante algunos minutos mientras el Cristo aguardaba el regreso de los hermanos de cubrir el trazado marcado.